jueves, 14 de mayo de 2009
Sobre Raúl Perrone
Autor: Cynthia Sabat
El último independiente virgen
Reportaje a Raúl Perrone, director de Peluca y Marisita
Raúl Perrone comenzó vendiendo curitas en la calle, e invirtiendo las ganancias en películas Super 8. A partir de allí forjó, a fuerza de nadar contra la corriente, una de las filmografías más coherentes, frescas y representativas de “la independencia” en el cine. Aunque siempre tuvo un reducido grupo de seguidores, el estreno comercial de Peluca y Marisita es una buena oportunidad que tiene el gran público para descubrir a un director que en su madurez conserva el candor y la pasión, y que mientras otros independientes dirigen series para la TV y producen bajo el ala de poderosos padrinos, declara “nunca me bajé los lienzos.”
MCI: ¿Qué es lo que cuenta “Peluca y Marisita”?
R.P.: Quise contar cómo un lumpen como Peluca puede cambiar a raíz de una decisión que toma una mina por su cuenta, y cómo esa mina cambia a partir de esa decisión.
- ¿Cómo surgió la historia?
- En una época yo hacía muchas fotos Polaroid, e hice unas fotos de un tipo con un brazo tatuado. Con Iván (Noble) íbamos a hacer un libro de fotos con textos de él, y él le hizo un texto a esa foto. A partir de esa pequeña anécdota se me ocurrió la película.
- ¿Cómo fue el trabajo con Iván Noble como actor?
- Con Iván hicimos un trabajo muy riesgoso, porque estábamos al borde del ridículo: ¿cómo hacer una película con él y que nadie fuera a verla con prejuicios? Esto fue antes de “099 Central”. El ya había hecho pequeños papeles en “Labios de Churrasco”, “Graciadió” y “Cinco pal peso”, hasta que le llegó este protagónico. Tanto Iván como yo estamos muy contentos con la película, aunque tenemos cierto miedo al prejuicio. Pero hay que decir que Iván se cargó la película al hombro y compuso un personaje nada fácil.
- Cuando uno ve “Peluca y Marisita” siente que el director está identificado con los problemas de los adolescentes, y no con los de la madre, aunque los muestra. Vos estás más cerca de la generación de la madre... ¿Partís pensando las historias desde ese punto de vista?
- Yo no pienso. Si pienso, pierdo. Yo soy intuitivo, soy un pendejo. Ya lo hice con “Labios de churrasco” y tenía 38 años: me parecía que en el cine argentino no había historias de pibes. A mí no me interesa bajar línea, y ponerme del lado del que “ya vivió”. Otra mirada de esta película sería desde el punto de vista de los padres, pero a mí no me interesan las historias de los tipos de mi edad, me aburren. Es más, no creo aparentar la edad que tengo.
- ¿Cuántos años tenés? Decilo! No seas coqueto.
- Soy sumamente coqueto....
- Igual vamos a sacar cuentas...yo creo que tenés 50.
-Tengo 50.
- Tenés 50? No te doy 50....
- Me estás cargando?
- Es que sabía que tenías más de lo que aparentabas. ¿Cuál es la fórmula entonces para mantener esa frescura al contar historias?
- Yo soy así, todavía me gusta saltar tapiales... si ves la gente que me sigue son todos pendejos. Yo tengo un curso de cine en Ituzaingó y son 50 tipos de entre 16 a 25 años, y mi equipo técnico no tiene más de 30. No sé por qué pasa eso, pero sí sé que no puedo hablar con un tipo de 40 años porque me aburrro a los diez minutos.
Perrone way
- ¿Cómo empezaste a hacer películas?
- A los 18 años yo vendía curitas en la calle. Un día pasé por una casa de fotos, entré y dije “yo quiero hacer una película”. En esa época existía el Super 8, y el dueño filmaba cumpleaños y casamientos. Me preguntó “qué querés hacer?” y le dije “contar una historia”, e hice mi primer cortito que se llamó “El cumpleaños de Juan”. Lo presenté en UNCIPAR y gané. Y ahí empecé a hacer cortos en Super 8. A los 19 años me casé, fui papá y mi mujer me dijo “si seguís filmando me voy”, y dejé de filmar por mucho tiempo...porque todo lo que ganaba con las curitas lo gastaba en rollos de película. Me dediqué al dibujo trabajando para varios diarios, y en el ´89 empezó el boom del video y empecé a hacer cortos con Piero, Charly y Calamaro...y ya después no paré.
- ¿Cómo eras cuando eras adolescente? ¿Eras como Peluca?
- No! Yo soy un cronista, no un protagonista. Yo era un pibe de barrio muy rebelde, muy de hacer todo lo que no se podía...siempre fui políticamente incorrecto: cuando todos me decían “tenés que filmar en Super 8, pero sin banda de sonido” yo decía “si hay una cámara que hace sonido directo, ¿por qué no hacer sonido directo?”. Todos en aquella época -te hablo del año ´72- imitaban a Bergman. Cuando aparecí con mi historia de barrio le volé la cabeza a todos, porque eran intelectuales. Yo iba contra la corriente en el sentido de que me gustaba jugar al fútbol, al billar, estaba en la lleca todo el día, pero hacía películas. Inventaba series de televisión, y me acuerdo que una vez me prestaron un proyector Super 8 y le rompí las sábanas a mi vieja para usarlas como pantalla, para verlas bien grandote.
El boom indepediente que no pudo ser
- Vos fuiste un director independiente mucho antes del boom de “Mundo Grúa”. ¿Te sentís un pionero?
- No me siento nada. Andá a los archivos y fijate lo que pasó en el ´94 con “Labios de churrasco”: si yo hubiera tenido un estreno como el de “Mundo Grúa” el boom independiente hubiera sido “Labios de Churrasco”. Fue una peliculita que se dio en el Lorca una sola vez y fueron 1000 personas, que iban todos los días a ver cuándo la daban.
- Entonces, ¿ la cuestión es que Trapero tiene más capacidad de marketing?
- No, Trapero tuvo una productora que le estrenó la película. No hablo de capacidades. Lo que quiero decir es que la mayoría de los pibes que hacen cine ahora, estudiaban en la FUC en 1994. Cuando hablan de mi influencia es porque vengo haciendo películas desde hace mucho... el tiempo coloca todo en su lugar. Además, ¿quién iba a pensar que iba a haber un festival de cine independiente, cuando antes decían “hay un loquito que hace películas en video y las estrena en el Lorca, pobre tipo”? Ahora el 90% hace películas en video. Yo lo hice porque no tenía otra manera de hacerlo, y si eso marcó un camino o influyó, bienvenido sea, pero nunca me propuse ser el paladín de nada. Y quisiera que me saquen el rótulo de “cineasta independiente”, y solo dijeran “este tipo cuenta historias”. Ya me hinché las pelotas, porque meten en la bolsa cualquier cosa. Yo creo que hay algo que es irrefutable, que es mi obra. Hay tipos que ahora dicen : “a ver, ¿qué está de moda?...contar historias de marginales: bueno, vamos a hacerlo”... y andá a ver si siguen haciendo películas dentro de un tiempo. Hay que ver unas 6 o 7 películas de un director para decir “aquí hay un autor”. En mi programa (“A cara de perro”, por Canal á) le doy lugar a tipos que no tienen espacio en otro lado, porque creo que hay que darle lugar a toda clase de historias. Pero ojo.... también creo que habría que hacer un “Si lo sabe, filme”.
-Podrías hacerlo...
-Tendría que hacerlo Galán...
- Que en paz descanse...
- Es que me parece que hay mucha gente que porque tiene una camarita sale a hacer películas....
- Si uno tiene una camarita, y actores amigos, ¿qué más tiene que tener para hacer una película?
- Una mirada. El cine tiene que ver con las miradas. Y con el oficio, de filmar y filmar. “Peluca y Marisita” la podría haber hecho otro tipo desde otro lugar. Yo tengo una mirada, y te cuento un cuento. Soy lo más honesto posible, lo más creíble posible. Yo no hago esto para mañana ir a cobrar un subsidio, sino para que vos te llenes el alma. Para que cuando salgas del cine la película te haya dejado algo. Soy consecuente con lo que digo y lo que hago: de eso nadie va a poder decirme nada. Nunca me bajé los lienzos.
- ¿Hay algún director argentino que respetes mucho?
- Sí, Leonardo Favio. Es fiel a sí mismo, contó historias muy chiquitas, tiene sensibilidad, sabe lo que está contando. Es al único tipo al que le creo de verdad. Veo una película de él y me emociono, lo veo a él y me emociono.
- Para vos, ¿por dónde pasa el éxito de una película?
- Tiene que ver con que soy un boludo, un tipo que hace películas para llenarse el alma. Yo soy feliz cuando recibo mails de gente que me dice que le pasaron cosas con mi película, o cuando simplemente se paran, me dicen “gracias”, me abrazan y se van. Con eso, ya estoy hecho. Yo hago películas para la gente. MCI
Raúl Perrone en la web
Publicado originalmente en MCI - Megasitio de Cine Independiente (www.cineindependiente.com.ar)
El último independiente virgen
Reportaje a Raúl Perrone, director de Peluca y Marisita
Raúl Perrone comenzó vendiendo curitas en la calle, e invirtiendo las ganancias en películas Super 8. A partir de allí forjó, a fuerza de nadar contra la corriente, una de las filmografías más coherentes, frescas y representativas de “la independencia” en el cine. Aunque siempre tuvo un reducido grupo de seguidores, el estreno comercial de Peluca y Marisita es una buena oportunidad que tiene el gran público para descubrir a un director que en su madurez conserva el candor y la pasión, y que mientras otros independientes dirigen series para la TV y producen bajo el ala de poderosos padrinos, declara “nunca me bajé los lienzos.”
MCI: ¿Qué es lo que cuenta “Peluca y Marisita”?
R.P.: Quise contar cómo un lumpen como Peluca puede cambiar a raíz de una decisión que toma una mina por su cuenta, y cómo esa mina cambia a partir de esa decisión.
- ¿Cómo surgió la historia?
- En una época yo hacía muchas fotos Polaroid, e hice unas fotos de un tipo con un brazo tatuado. Con Iván (Noble) íbamos a hacer un libro de fotos con textos de él, y él le hizo un texto a esa foto. A partir de esa pequeña anécdota se me ocurrió la película.
- ¿Cómo fue el trabajo con Iván Noble como actor?
- Con Iván hicimos un trabajo muy riesgoso, porque estábamos al borde del ridículo: ¿cómo hacer una película con él y que nadie fuera a verla con prejuicios? Esto fue antes de “099 Central”. El ya había hecho pequeños papeles en “Labios de Churrasco”, “Graciadió” y “Cinco pal peso”, hasta que le llegó este protagónico. Tanto Iván como yo estamos muy contentos con la película, aunque tenemos cierto miedo al prejuicio. Pero hay que decir que Iván se cargó la película al hombro y compuso un personaje nada fácil.
- Cuando uno ve “Peluca y Marisita” siente que el director está identificado con los problemas de los adolescentes, y no con los de la madre, aunque los muestra. Vos estás más cerca de la generación de la madre... ¿Partís pensando las historias desde ese punto de vista?
- Yo no pienso. Si pienso, pierdo. Yo soy intuitivo, soy un pendejo. Ya lo hice con “Labios de churrasco” y tenía 38 años: me parecía que en el cine argentino no había historias de pibes. A mí no me interesa bajar línea, y ponerme del lado del que “ya vivió”. Otra mirada de esta película sería desde el punto de vista de los padres, pero a mí no me interesan las historias de los tipos de mi edad, me aburren. Es más, no creo aparentar la edad que tengo.
- ¿Cuántos años tenés? Decilo! No seas coqueto.
- Soy sumamente coqueto....
- Igual vamos a sacar cuentas...yo creo que tenés 50.
-Tengo 50.
- Tenés 50? No te doy 50....
- Me estás cargando?
- Es que sabía que tenías más de lo que aparentabas. ¿Cuál es la fórmula entonces para mantener esa frescura al contar historias?
- Yo soy así, todavía me gusta saltar tapiales... si ves la gente que me sigue son todos pendejos. Yo tengo un curso de cine en Ituzaingó y son 50 tipos de entre 16 a 25 años, y mi equipo técnico no tiene más de 30. No sé por qué pasa eso, pero sí sé que no puedo hablar con un tipo de 40 años porque me aburrro a los diez minutos.
Perrone way
- ¿Cómo empezaste a hacer películas?
- A los 18 años yo vendía curitas en la calle. Un día pasé por una casa de fotos, entré y dije “yo quiero hacer una película”. En esa época existía el Super 8, y el dueño filmaba cumpleaños y casamientos. Me preguntó “qué querés hacer?” y le dije “contar una historia”, e hice mi primer cortito que se llamó “El cumpleaños de Juan”. Lo presenté en UNCIPAR y gané. Y ahí empecé a hacer cortos en Super 8. A los 19 años me casé, fui papá y mi mujer me dijo “si seguís filmando me voy”, y dejé de filmar por mucho tiempo...porque todo lo que ganaba con las curitas lo gastaba en rollos de película. Me dediqué al dibujo trabajando para varios diarios, y en el ´89 empezó el boom del video y empecé a hacer cortos con Piero, Charly y Calamaro...y ya después no paré.
- ¿Cómo eras cuando eras adolescente? ¿Eras como Peluca?
- No! Yo soy un cronista, no un protagonista. Yo era un pibe de barrio muy rebelde, muy de hacer todo lo que no se podía...siempre fui políticamente incorrecto: cuando todos me decían “tenés que filmar en Super 8, pero sin banda de sonido” yo decía “si hay una cámara que hace sonido directo, ¿por qué no hacer sonido directo?”. Todos en aquella época -te hablo del año ´72- imitaban a Bergman. Cuando aparecí con mi historia de barrio le volé la cabeza a todos, porque eran intelectuales. Yo iba contra la corriente en el sentido de que me gustaba jugar al fútbol, al billar, estaba en la lleca todo el día, pero hacía películas. Inventaba series de televisión, y me acuerdo que una vez me prestaron un proyector Super 8 y le rompí las sábanas a mi vieja para usarlas como pantalla, para verlas bien grandote.
El boom indepediente que no pudo ser
- Vos fuiste un director independiente mucho antes del boom de “Mundo Grúa”. ¿Te sentís un pionero?
- No me siento nada. Andá a los archivos y fijate lo que pasó en el ´94 con “Labios de churrasco”: si yo hubiera tenido un estreno como el de “Mundo Grúa” el boom independiente hubiera sido “Labios de Churrasco”. Fue una peliculita que se dio en el Lorca una sola vez y fueron 1000 personas, que iban todos los días a ver cuándo la daban.
- Entonces, ¿ la cuestión es que Trapero tiene más capacidad de marketing?
- No, Trapero tuvo una productora que le estrenó la película. No hablo de capacidades. Lo que quiero decir es que la mayoría de los pibes que hacen cine ahora, estudiaban en la FUC en 1994. Cuando hablan de mi influencia es porque vengo haciendo películas desde hace mucho... el tiempo coloca todo en su lugar. Además, ¿quién iba a pensar que iba a haber un festival de cine independiente, cuando antes decían “hay un loquito que hace películas en video y las estrena en el Lorca, pobre tipo”? Ahora el 90% hace películas en video. Yo lo hice porque no tenía otra manera de hacerlo, y si eso marcó un camino o influyó, bienvenido sea, pero nunca me propuse ser el paladín de nada. Y quisiera que me saquen el rótulo de “cineasta independiente”, y solo dijeran “este tipo cuenta historias”. Ya me hinché las pelotas, porque meten en la bolsa cualquier cosa. Yo creo que hay algo que es irrefutable, que es mi obra. Hay tipos que ahora dicen : “a ver, ¿qué está de moda?...contar historias de marginales: bueno, vamos a hacerlo”... y andá a ver si siguen haciendo películas dentro de un tiempo. Hay que ver unas 6 o 7 películas de un director para decir “aquí hay un autor”. En mi programa (“A cara de perro”, por Canal á) le doy lugar a tipos que no tienen espacio en otro lado, porque creo que hay que darle lugar a toda clase de historias. Pero ojo.... también creo que habría que hacer un “Si lo sabe, filme”.
-Podrías hacerlo...
-Tendría que hacerlo Galán...
- Que en paz descanse...
- Es que me parece que hay mucha gente que porque tiene una camarita sale a hacer películas....
- Si uno tiene una camarita, y actores amigos, ¿qué más tiene que tener para hacer una película?
- Una mirada. El cine tiene que ver con las miradas. Y con el oficio, de filmar y filmar. “Peluca y Marisita” la podría haber hecho otro tipo desde otro lugar. Yo tengo una mirada, y te cuento un cuento. Soy lo más honesto posible, lo más creíble posible. Yo no hago esto para mañana ir a cobrar un subsidio, sino para que vos te llenes el alma. Para que cuando salgas del cine la película te haya dejado algo. Soy consecuente con lo que digo y lo que hago: de eso nadie va a poder decirme nada. Nunca me bajé los lienzos.
- ¿Hay algún director argentino que respetes mucho?
- Sí, Leonardo Favio. Es fiel a sí mismo, contó historias muy chiquitas, tiene sensibilidad, sabe lo que está contando. Es al único tipo al que le creo de verdad. Veo una película de él y me emociono, lo veo a él y me emociono.
- Para vos, ¿por dónde pasa el éxito de una película?
- Tiene que ver con que soy un boludo, un tipo que hace películas para llenarse el alma. Yo soy feliz cuando recibo mails de gente que me dice que le pasaron cosas con mi película, o cuando simplemente se paran, me dicen “gracias”, me abrazan y se van. Con eso, ya estoy hecho. Yo hago películas para la gente. MCI
Raúl Perrone en la web
Publicado originalmente en MCI - Megasitio de Cine Independiente (www.cineindependiente.com.ar)
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LAbios de churrasco malisima,ese angular... los dialogos, pedorra por asi decirlo, e ivan noble es desagradable escucharlo....
ResponderEliminara mi me voló la cabeza, supe de sus peliculas estudiando historia del cine Arg., y realmente despues de tantas peliculas "taquilleras", tanto de "lo mismo", prefiero sus peliculas, su trilogia, y la secuela 8 años despues, son mis preferidas...hay gente y gente, gustos y gustos...
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