jueves, 14 de mayo de 2009

Sobre El Bola

EL BOLA: La mejor película del año según la Academia Española

Se acaban de entregar los Goya de éste año, lospremios de la Academia del cine español. El resultadono ha sido previsible, al contrario de lo que suelesuceder en estos eventos. No sólo no ha ganado lafavorita, La comunidad de Alex de La Iglesia, esmás, la segunda en discordia del pelotón, You´re the one de José Luis Garci, tampoco ha conseguido elansiado trofeo a la mejor película. La beneficiada hasido El bola, opera prima del actor y reputadocortometrajista Achero Mañas. Una película cuyanominación despertó sonrisas de complicidad pero de lacual nadie esperaba su triunfo, a pesar de que elpropio De la Iglesia admitía admirado antes de laceremonia "no me importaría que El Bola me quitara elpremio". Consiguió además del premio a la mejorpelícula, el de mejor director novel (Achero Mañas),el de mejor guión original (para el propio Mañas y Verónica Fernández), y el de mejor actor revelación (para el niño Juan José Ballesta -ay! esos premiospara la infancia!). Analicemos la película, muy interesante sin duda, deéxito merecido, aunque quizás se haya confundido unpoco la calidad cinematográfica con el interés humano(gira entorno a los malos tratos infantiles). Enmuchos aspectos, la deslumbrante exhibición de cine deentretenimiento que nos ofrecía La comunidadreclamaba mucha mejor suerte.

1.ARGUMENTO El Bola es un chico de 12 años que vive junto a unpadre que paga con él sus frustraciones y una madreimpasible e incapaz de reaccionar. La llegada de unnuevo compañero le hace descubrir la amistad y conocerun ambiente familiar muy distinto al suyo, que lesupondrán una ayuda inapreciable para superar su dramapersonal.

2. POR UN CINE SOCIAL El bola es una de las mejores representantes de loque hace mucho tiempo se viene reclamando para el cineespañol:el retorno de un cine social comprometido conla realidad. Si éste cine ha dejado de existir o norequeriría examinar con lupa los últimos anales; perosin duda han sido los años 90 los que lo hanrevitalizado, cómo tantos aspectos de la producciónnacional se revitalizaron esos años. Barrio de Fernando León es toda una referencia, y noporque los estilos de León y Mañas tengan algúnparecido, pero sin duda fue aquella película la quemarcó una voluntad influyente de mostrar esa realidad;sin entrar en los terrenos de nuestro tradicionalcostumbrismo cómico ni en las sordideces extremas delcine underground. Digamos, un neorrealismo a laespañola con un cierto equilibrio entre la ficción másartificiosa y dramatizada y el documento cuasiexperimental. El paralelismo queda especialmenteremarcado en las interpretaciones de ambas películas:frescas, elaboradas y profesionales en los adultos, yespontáneas, más frías pero más realistas en losjóvenes.

3. UNA NARRACIÓN SENCILLA Cinematográficamente El bola casi nunca supera los límites de la más agradable corrección, que no es nimucho menos un demérito. Desde un principio lospersonajes se nos van presentando y definiendo en unaprogresión dramática muy serena, adecuada y llevadera.Y así se nos conducirá durante toda la película; elritmo nunca desfallece, pero falta brillantez ysorpresa, quizás porque el único recurso de guión esla contraposición continua entre dos mundos, y sibien no llega a agotarse este recurso, no da tanto desí.

4. VIOLENCIA FÍSICA Y VIOLENCIA MORAL Lo más discutible de la película es su postura ética yestética en una determinada escena. No hay duda de quees una película de denuncia, beligerante en sutemática, con el suficiente talento para conmover eimplicar, pero el hecho de rodar de manera tanexplícita una brutal paliza del padre al niño casihacia el final de la película, hace plantearseeternos interrogantes sobre el problema de laviolencia en el cine.Uno no entiende el pro qué si se nos expone unaproblemática, de forma creíble, lógica (y pordesgracia incluso algo previsible), si en estascondiciones se puede provocar la repulsa inmediata decualquier espectador biennacido, qué necesidad hayentonces de que, en un alarde de inseguridad dedebutante, Achero Mañas ruede una de las escenas másdesagradables vistas en cine, esa brutal y desmesuradapaliza. Quizás alguien se pregunte el por qué eludiruna escena que es cruel e indiscutible realidad deltema, que sucede y que puede provocar el sufrimientode enfrentarnos al horror con nuestros propios ojos.Ese es el problema, una cuestión de honestidad, alcine de denuncia debería bastarle con la capacidad deexponer el contexto en el que se produce lainjusticia, en la capacidad de retratar a lospersonajes, su psicología, sus razones (¡que no susjustificaciones!),y sobre la base de esta nítidaexposición hacer que el público reaccione en funciónde su madurez personal.Todas éstas virtudes las tiene "El bola", pero cuandorecurre a la mencionada escena se apea de estahonestidad, anula la capacidad de reacción delespectador, recurre a un camino demasiado fácil que nonecesita. Y es que ¿Qué espectador del mundo no sesiente tocado por una escena así?.

5. INTÉRPRETES Uno de sus puntales es su reparto. Alberto Jiménez interpreta a un padre duro perocariñoso y comprensivo, lleno de contradicciones peronoble. Manuel Morón es la otra cara de la moneda, unpadre violento pero que la vez no es retratado como unhombre con problemas. La espléndida Gloria Muñozinterpreta a la madre del protagonista y Ana Wegener yNieve de Medina hacen dignos papeles de apoyo.Respecto a los niños, quedan muy bien Pablo Galán y elpremiado Juan José Ballesta, que interpreta un papelmuy complejo. Aún así, reconociendo las dificultades,uno se pregunta qué sentido tiene valorar y premiar alos niños (inconscientes, espontáneos y sin suficientepreparación), con el mismo criterio que actoresadultos (conscientes, profesionales y preparados).

6. CONCLUSIÓN El bola es una bonita y digna denuncia de un graveproblema social. También es una historia sobreamistades inquebrantables y sobre el descubrimiento deuna esperanza en un panorama oscuro y brumoso. Lospremios recibidos han supuesto en España unrelanzamiento comercial a gran escala, y es que elefecto Goya se empieza a parecer (salvando lasdistancias) al efecto Oscar. Lo que debería hacerreflexionar a todas las cinematografías sobre elimpacto publicitario de unos premios anuales bienpromocionados. La consecuencia en este caso ha sidoclara, se crea que merece más o menos el premio, hasido de las que en justicia más lo necesitaban. Estrenada hace más de tres meses, con gran éxito decrítica y discreto de público, su suerte, al igual quela de su joven protagonista, puede empezar a cambiar.

Publicado originalmente en MCI - Megasitio de Cine Independiente (www.cineindependiente.com.ar)

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