jueves, 14 de mayo de 2009
Sobre El descanso
Autor: Pablo Zoya
Dos porteños viajan en plan de vacaciones a bordo de un decadente Toyota Celica 81 (que alguna vez fue 0 km, y sinónimo de clase alta y adinerada; y tal vez estos dos amigos, quien lo sabe, hayan pertenecido a familias que les tocó vivir económicamente la misma decadencia del auto). Estos dos amigos (Juan Ignacio Machado y Fernando Miaznik) quedan varados en un pueblo del interior del país, tras un tonto choque que sufren. Es alli donde conocen a lugareños que los conducen hasta el abandonado y derroído Hotel El Descanso. Como una obsesión misma, a Freddy (Machado) se le mete en la cabeza la idea de reflotar el lugar, ante la incondicional y tibia mirada de su amigo Osvaldo. Pero no les será tan fácil, ya que el poderoso abogado del lugar Mc Donell (Raul Urtizberea) les hace la vida imposible, junto su asistente (estereotipo del bienudo de pueblo chico del interior, con chombita de marca y sweater al hombro).
La película transcurre entre dos amigos que disputan una mujer lugareña en trunco triángulo amoroso, un pintoresco peruano que se baña en barro y relata la invención del teléfono y la luz, un porteño en avioneta que llega en avioneta en busca de diversión, una banda de jazz que ralentiza una olvidable velada. Y un auto que termina literalmente destruido (no así en cambio los protagonistas, a pesar de todo lo vivido).
Son varios los altibajos en el transcurrir de la historia, tanto desde el guión como en algunas actuaciones que no convencen. Tal vez la más lograda sea la de Titillo Aguilar, el mecánico que los ayuda y acompaña incondicionalmente en todo momento. Vale la pena destacar la brillante labor técnica que hace de El Descanso, sin dudas, una de las películas más interesantes y profesionales, tecnica y artísticamente, que se haya hecho en los último años en Argentina. Pero esto es cine, y cuando varios elementos narrativos van quedando sueltos a lo largo de noventa minutos de una historia, se corre el riesgo de que el espectador se distraiga. Una lástima. MCI
Publicado originalmente en MCI - Megasitio de Cine Independiente (www.cineindependiente.com.ar)
Dos porteños viajan en plan de vacaciones a bordo de un decadente Toyota Celica 81 (que alguna vez fue 0 km, y sinónimo de clase alta y adinerada; y tal vez estos dos amigos, quien lo sabe, hayan pertenecido a familias que les tocó vivir económicamente la misma decadencia del auto). Estos dos amigos (Juan Ignacio Machado y Fernando Miaznik) quedan varados en un pueblo del interior del país, tras un tonto choque que sufren. Es alli donde conocen a lugareños que los conducen hasta el abandonado y derroído Hotel El Descanso. Como una obsesión misma, a Freddy (Machado) se le mete en la cabeza la idea de reflotar el lugar, ante la incondicional y tibia mirada de su amigo Osvaldo. Pero no les será tan fácil, ya que el poderoso abogado del lugar Mc Donell (Raul Urtizberea) les hace la vida imposible, junto su asistente (estereotipo del bienudo de pueblo chico del interior, con chombita de marca y sweater al hombro).
La película transcurre entre dos amigos que disputan una mujer lugareña en trunco triángulo amoroso, un pintoresco peruano que se baña en barro y relata la invención del teléfono y la luz, un porteño en avioneta que llega en avioneta en busca de diversión, una banda de jazz que ralentiza una olvidable velada. Y un auto que termina literalmente destruido (no así en cambio los protagonistas, a pesar de todo lo vivido).
Son varios los altibajos en el transcurrir de la historia, tanto desde el guión como en algunas actuaciones que no convencen. Tal vez la más lograda sea la de Titillo Aguilar, el mecánico que los ayuda y acompaña incondicionalmente en todo momento. Vale la pena destacar la brillante labor técnica que hace de El Descanso, sin dudas, una de las películas más interesantes y profesionales, tecnica y artísticamente, que se haya hecho en los último años en Argentina. Pero esto es cine, y cuando varios elementos narrativos van quedando sueltos a lo largo de noventa minutos de una historia, se corre el riesgo de que el espectador se distraiga. Una lástima. MCI
Publicado originalmente en MCI - Megasitio de Cine Independiente (www.cineindependiente.com.ar)
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