viernes, 29 de mayo de 2009

Sobre Gaspar Noé


Gaspar Noé: un cineasta magistral, sórdido y provocador
Autor: Paulo Pécora
(Nota publicada en junio de 2002)

Oscuro, sórdido, perturbador, el cine del realizador argentino Gaspar Noé -cuyo último film, "Irreversible", conmocionó en mayo pasado al público del Festival de Cannes- demuestra hasta qué punto las más provocadoras imágenes de violencia, sexo y demencia explícitos pueden ir de la mano con una infrecuente belleza formal y una admirable solidez narrativa. El siguiente es un acercamiento a algunos de sus filmes iniciales.

"Creo que a partir del momento en que hacés una película, ya te estás expresando a través de los movimientos de la cámara, la elección de la iluminación, la exposición de la imagen. No es una cuestión de moral, sino de punto de vista. Un cineasta retransmite en su película, con mejor o peor fortuna, su percepción emocional del mundo". Gaspar Noé.

Admirador del cine de Stanley Kubrick, Pier Paolo Pasolini, Kenneth Anger, David Lynch y Werner Rainer Fassbinder ("Hay artistas que se realizan en una estética y un discurso propios... Cuando alguien se aleja siguiendo sus propios pasos merece todo mi respeto y cuanto más lejos llega, más fascinante lo encuentro"), Gaspar Noé puede ser considerado como uno de esos realizadores cultores de un "cine de autor" que permanecen al margen de las exigencias temáticas y estéticas de la industria. Casi en la frontera de lo marginal, su cine retoma el debate sobre los límites de la representación de lo insostenible, de aquello que puede ser o no soportado. "Mi marginalidad -dijo en una entrevista- es producto de mis principios estéticos", y dentro de esos principios no existe pudor para afrontar y mostrar, sin medias tintas, crudas imágenes de violencia y sexo explícito.

Los filmes de este argentino radicado en Francia se caracterizan por el fuerte impacto emocional que provocan en sus espectadores, divididos entre la atracción malsana y el rechazo, a causa de la violencia presente en sus historias y la forma explícita en que la muestra. A pesar de los temas sórdidos que toca y el modo escabroso en que los trata, la obra de Noé es a todas luces formal y narrativamente magnífica y hace gala de un estilo muy personal que combina la ostentación de ciertos efectos visuales -particularmente en los bruscos acercamientos de la mente de un personaje a algunos objetos- y el minimalismo de una puesta en escena tan compleja como despojada.

En "Solo contra todos", su primer largometraje, Noé -quién también realizó publicidades y videoclips- narra con un estilo por momentos cercano al documental la caída vertiginosa hacia la locura de un carnicero solitario y resentido. Cargada de un fuerte nihilismo, que se transmite en todo momento a través de los pensamientos y el relato en off del personaje, la película impacta por la crudeza de sus imágenes y por tres escenas en las que el protagonista (Phillipe Nahon, quien también protagoniza "Carne", uno de sus cortos) golpea con saña la panza de su mujer embarazada, contempla imágenes de sexo explícito en un cine porno y, por último, imagina que mata a balazos a su hija autista. "Es un filme que toca un tema lleno de odios y otros sentimientos difíciles de abordar. Una película que asusta. Las escenas impactantes me gustan y quería que la película fuera realmente fuerte. Quise que las secuencias fueran chocantes, pero no que fueran un fin en sí mismas sino un medio para contar una historia y emocionar al público", explicó Noé.


El filme trata, en definitiva, de la decadencia de un ser humano, un carnicero resentido e incestuoso. Un personaje patético que, como un perro rabioso, cuando más trata de morder, más palazos recibe. Luego de abandonar en París a su hija deficiente, se instala en Lille, al norte, con su amante embarazada. Sin trabajo ni dinero, encerrado en un departamento con esa mujer horrible y su madre anciana, el carácter del carnicero se agría y acaba estallando en forma violenta. Luego, intentando rehacer su vida, pero inmerso en una espiral descendente que lo conduce a la demencia, regresa a París armado de una pistola a la que le quedan tres balas y un deseo: la venganza.

Pero más allá de su temática parecida y la crítica social que transmiten, ¿cuáles son los verdaderos puntos en común entre "Solo contra todos", "Carne" y "Mimí", un corto de su compañera Lucile H. en el que él tuvo una participación determinante? ¿Cuáles son las constantes estéticas del estilo que Noé imprime a la puesta en escena y la puesta de cámara de cada una de sus obras?

Se sabe que la puesta en escena de una película es la construcción de un mundo, de un estado de cosas, mediante la disposición de objetos, personas y todo tipo de elementos que estén incluidos en el cuadro cinematográfico. Es el hecho de darle cuerpo y sentido a un mundo determinado. La puesta en cuadro, en cambio, es la forma en la que el director de cine percibe y se acerca a ese mundo para mostrarlo. Es el modo de ver ese mundo. Es la elección de un encuadre, de una posición y angulación de cámara determinados.

El mundo que Noé muestra en sus películas es opresivo, asfixiante, opaco, y caracteriza a la Francia de fines de los 80 y principio de los 90. Es un universo transitado por seres alienados, aplastados por el sistema, sin oportunidades de superación. Un lugar cargado de odios, resentimientos y prejuicios, donde las personas están vinculadas por relaciones de sometimiento laboral, económico o sexual. Por ese mundo de encierro, marcado por un color de tonos rojos, marrones y amarillos y delimitado por el asfalto de calles mugrientas y el cemento de muros y edificios deteriorados, deambula un carnicero resentido, intolerante y violento. Para mostrar el crecimiento gradual de la locura que lo posee, Noé utiliza durante todo el filme el recurso de la voz en off, que funciona como el constante fluir de su conciencia, con un grado de violencia verbal impresionante. Su inteligencia verbal está desconectada de su inteligencia práctica y, mientras interiormente delira y fomenta el crecimiento desmedido de su odio hacia el mundo, actúa impulsivamente, sin medir las consecuencias de sus actos.

Aunque lo haga de forma inteligente y con el objetivo de denunciar ciertas actitudes hipócritas de la gente, en algunos momentos Noé también apela al uso del mal gusto. Basta con observar detenidamente el montaje que utiliza en las escenas iniciales de "Carne", mediante el cual -por corte directo- pasa de imágenes de la matanza de un caballo en un frigorífico al primer plano de un jugoso bife de carne de caballo, antes de ser cortado y comido por una mujer. Otro recurso interesante, pero igualmente asqueroso, es la referencia que hace en "Carne" al filme "Blood feast", de Hershell Gordon Lewis, padre del más sangriento cine gore, mostrando la escena en la que el asesino mata a una mujer en una bañadera y la descuartiza frente a cámara.

Uno de los rasgos de puesta en escena que salta inmediatamente a la vista al ver cualquiera de los tres filmes hechos por la dupla Noé-Hadzihalilovic es el uso del formato Cinemascope, que parece ensanchar la pantalla y, al mismo tiempo, la reduce notablemente en su altura, acortándola por arriba y por abajo con dos gruesas franjas negras. Esa notable modificación de las dimensiones de la pantalla determina de forma decisiva la puesta en escena y la puesta de cámara de una película, ya que obliga al director a adaptarse a las nuevas formas y a buscar espacios, objetos, muebles y edificaciones que tiendan a la horizontalidad, y a tomarlos respetando una distancia y una angulación determinadas. Incluso los movimientos de cámara y los de los propios personajes -sus desplazamientos, sus acciones más simples- deben pensarse siempre en función de esta importante elección estética.

Si el encuadre cinematográfico es ya una forma de seleccionar y recortar parte de la realidad, el Scope sería algo así como un segundo recorte, ya que al encuadre elegido habrá que restarle dos nuevos trozos que achican y achatan a la imagen por sus extremos superior e inferior. De allí surge la necesidad de poner una especial atención a la hora de colocar y angular la cámara, de manera tal que si corta, no lo haga en partes fundamentales de la imagen como ojos, boca y otras zonas de interés de los personajes.

Sin embargo, el Scope puede usarse en forma contraria, para acentuar la atención sobre determinados objetos y dejar fuera de campo a otros que no interesan o que interesa que permanezcan a salvo del alcance visual del espectador. Hay imágenes de "Solo contra todos", "Carne" y "Mimí" que ejemplifican este uso inteligente del Scope: rostros recortados, ojos enmascarados, bocas y labios que se mueven en primerísimo primer plano aunque no sepamos a quien pertenecen sus palabras. Bien vale reproducir la opinión del propio Noé para explicarlo: "Con los objetivos que tenía, los primeros planos muy cercanos me estaban prohibidos. La distancia más corta que podía esperar era la mitad de un rostro. Enmascarar los ojos crea enseguida una inquietud en el espectador. Cuando le hablas a alguien tenés la necesidad de mirar sus ojos para saber qué piensa. Los ojos representan el espíritu, mientras que la boca constituye la parte animal, orgánica, de un rostro".


Existen otras constantes compartidas por estos filmes que constituyen una especie de marca registrada, un estilo audiovisual de este realizador. Son efectos y recursos -algunos tomados de formas de narración tradicionales del cine convencional y otros extraídos de un cine más experimental y abstracto- que Noé utiliza de forma acertada para acentuar y subrayar ciertos momentos dramáticos.

En principio, en los tres filmes se usan carteles escritos con letras de una misma tipografía que aparecen en distintos momentos - generalmente al principio y al final - con mensajes informativos o de advertencia al público acerca de algo que está a punto de ver y que quizá no debería. En realidad, de esta manera, lo que Noé busca no es preservar la salud psicológica o la tranquilidad mental de sus espectadores, sino excitar su morbo e incitarlo a abrir más sus sentidos a lo inesperado. En la mejor tradición del gimnick o truco publicitario iniciada en los años 50 en los Estados Unidos por el director de cine clase B William Castle, Noé usa carteles que dicen algo así como "Atención, tiene tantos segundos para abandonar la sala" o "Advertimos que esta película contiene imágenes altamente ofensivas". Y no miente. Son carteles que anuncian el horror, la demencia y la muerte.

Otros carteles anteceden situaciones ambiguas, como aquel que dice simplemente "Moral" ("la moral -dice Noé- es un término tan bastardeado que ya no sabemos lo que quiere decir") e introduce a la escena inicial de "Solo contra todos", en la que un parroquiano de un bar le explica a un compañero de copas, arma en mano, que su única moral es la muerte, o aquel que también dice "Moral" y anticipa la escena final de "Mimí", en la que tía y amante se toman de la mano hipócritamente momentos después de abandonar en el hospital a la niña protagonista, que se recupera de un intento de suicidio provocado por sus agresiones.

En ambas películas de Noé y en la que dirigió su compañera Lucile H. es evidente el predominio del color, su combinación en duplas y tríos significativos (el rojo, marrón y amarillo en "Carne" y "Solo contra todos", y el amarillo y el verde en "Mimí") y su utilización para dotar de conexión visual a los distintos espacios y para crear atmósferas cerradas y ciertos climas de opresión. En ese sentido, todos los elementos que aparecen en cuadro -personajes, vestuario, mobiliario, objetos- están al servicio de una puesta en escena pensada en función de esta combinatoria de colores, y viceversa, ya que los colores también están allí en permanente relación con los demás elementos presentes en el cuadro.

Imágenes perturbadoras en rojo, marrón y amarillo. El propio Noé habría manifestado alguna vez, de manera figurada, su intención de convertir la pantalla en algo así como un gran trozo de carne. Para ello, en "Carne" utilizó el rojo para destacar el color que emana de la carne y la sangre de res y el marrón y el amarillo para recrear el color de su grasa. Y, de hecho, la carne siempre está presente en su película. Carne y sangre de caballo. Caballo vivo que espera tranquilo antes de ser asesinado de un disparo, degollado desangrado colgado despellejado trozado en partes, en fetas, cocinado cortado y degustado con cuchillo y tenedor. Esa es la estética de impacto visual que cultiva este cineasta, una estética que se funda en un cuidadoso estudio de las reacciones del espectador hacia las peores manifestaciones de la muerte, el odio, el rencor, el sexo como sometimiento, la xenofobia y otras miserias humanas.

Al minimalismo de su puesta en escena, Noé añade una puesta de cámara que se destaca por registrar cuadros de una composición y equilibrio admirables, basados fundamentalmente en la relación de líneas verticales y horizontales, que por su capacidad de desplazamiento que -salvo por ciertos casos puntuales que analizaremos más adelante- son casi imperceptibles y podrían contarse con los dedos de una mano. Sin apelar a angulaciones extrañas o ubicaciones de cámara inverosímiles, Noé logra captar la atención del espectador mediante la elaboración de encuadres que encierran una rara paradoja: su sencillez ayuda a acentuar su complejidad. Se trata generalmente de una puesta de cámara en la que prevalecen los primeros planos y los planos medios tomados desde una altura y una angulación la mayoría de las veces standard (la cámara a la altura de los ojos y registrando un ángulo de 90 grados con respecto al eje vertical). Pero esa aparente sencillez está en función de una construcción compleja y muy elaborada del cuadro que, alternativamente, puede poseer un sentido claramente horizontal -y aquí el uso del Cinemascope tiene una función importante- o un sentido marcadamente vertical. Esta combinación tan particular de líneas verticales y horizontales determinan la fragmentación del plano en compartimentos virtuales y asimétricos que los personajes y los objetos ocupan de forma estática o desplazándose de un lugar a otro.

Con respecto a la forma en que Noé muestra el mundo que construye en sus películas, se notan dos tipos de movimientos de cámara. En primer lugar, Noé utiliza aquellos que -como un paneo, un tilt up, un tilt down o un travelling- le dan al espacio una presencia evidente, describen. Este tipo de movimientos son realizados discretamente, de forma encubierta. En segundo lugar -el que más nos interesa-, Noé explota al máximo un recurso tomado del cine experimental (ver "Film-Gaudí", 1975, de Claudio Caldini) que combina movimientos de cámara acelerados (paneos y travellings filmados a menos cuadros por segundo) con un montaje en cámara basado en cortes y tomas sucesivas de una misma acción. De esta manera logra un impacto visual de gran virtuosismo técnico, una suerte de explosión perceptiva que expresa, de forma inigualable, la tensión mental, el estado de crisis psicológica del protagonista. Se trata de un efecto visual que supone una alteración en la percepción y refleja un momento emocional muy fuerte y profundo. Materializa la tensión mental del personaje, como si se tratara de una visión subjetiva de sus percepciones más íntimas. Así, imprevistamente, asistimos a cambios abruptos en la pantalla, a exabruptos visuales, como si la cámara se independizara y viajara desde el ojo del protagonista hacia algún objeto en el que su mente aturdida se está fijando.
Para hacerlo aún más dramático, Noé aplica a esas imágenes un sonido fuerte que se asemeja a la explosión de un disparo y que acentúa el sentido perturbador de cada uno de esos momentos. MCI
Publicado originalmente en MCI - Megasitio de Cine Independiente (http://www.cineindependiente.com.ar/)

Sobre Farsa Producciones

Escalofriante! Zombies sueltos por las calles de Haedo!

Autor: Cynthia Sabat
Entrevista realizada en el Burger King de Corrientes y Florida, a principios del milenio.


Hernán Sáez es uno de los gestores de Farsa Producciones, la productora que conformaron un grupo de amigos que salió a filmar películas gore por las calles de Haedo. Sáez habló sobre Plaga Zombie, largometraje de culto que filmó su grupo, y de la exitencia o no de un terror argentino, de las películas que vieron en el cine y que alimentaron sus producciones.

- ¿Cómo surgió Farsa Producciones?
- La primera producción que tuvimos en mente, antes de que surgiera el nombre de la productora, fue un corto animado que nunca se filmó. Ibamos a filmarlo en Super 8, se iba a llamar "Faber & Castel", era la historia de un lápiz y una goma, y esto fue a principios del 90. A fines del 90s comenzamos a producir cortos en video. Pablo Parés y yo teníamos una cámara semi profesional VHS, que tenía tituladora, podíamos agregar sonidos, etc. Antes dibujábamos, hacíamos obras de teatro caseras, y cuando tuvimos una cámara empezamos a grabar, y de ahí no paramos.
A partir de ahí hicimos todos los géneros: comedia, terror, policial. Cuando empezamos a hacer estas cosas teníamos 11 años. Ahora tenemos 21. La cámara llegó hasta nosotros porque Pablo se había ganado un ciclomotor en la primaria, lo vendió y se la compró. En ese momento veíamos películas como "Volver al futuro", y mucha televisión.

- ¿Utilizaban un guión para filmar?
- No, generalmente se nos ocurría una historia, ibamos y la filmábamos. Además hacíamos 1 corto por día. Editábamos en cámara, y en seguida le poníamos los títulos y la música. En cuanto a la duración había cortos de 10 minutos y cortos de 5 minutos. Ya en el año 95 hacíamos cortos de 20 o 30 minutos, hasta que en 1997 hicimos "Plaga Zombie", que empezó siendo un mediometraje y terminó siendo un largo, y que habíamos empezado a filmar en julio del 96.
Yo había pensado una historia que se trataba de un virus desconocido que invadía los cuerpos, y las personas se transformaban en zombis. Y tomamos la idea de que entre unos amigos, uno de ellos era infectado por unos aliens que le metían los virus. En un principio los infectados se iban a convertir en extraterrestres, pero por cosas de la vida y de la producción, decidimos convertirlos en zombis. El estado de zombi, en la idea original, iba a ser un estado intermedio, pero después se quedaron allí. Los protagonistas de "Plaga Zombi" fueron Pablo Parés, Berta Muñiz, Walter Cornás, Paulo Soria y yo. Los coproductores fueron Juan Bautista Dartiguelongue y Urco Urquiza, y la música es de Pablo Vostrouski.


- ¿De donde se conocían?
- Nosotros somos todos de Haedo (Prov. de Buenos Aires), menos Berta y Paulo que son de Ramos Mejía, pero siempre filmamos en la casa de Pablo, que está en Haedo. Tiene una casa grande, y no había problemas de filmar ahí. Ahora estamos filmando la secuela de "Plaga Zombi" y filmamos en un edificio en construcción, o en la calle. Hasta hacer "Plaga Zombi", lo que utilizábamos para filmar fueron escaletas, para saber qué era lo más importante para contar en cada escena, nada más. Así que el guión de esa película tiene 3 páginas, y fue grabada en VHS NTSC. Empezó durando 40 minutos, y nos dijimos "sigámosla, hagamos más lucha", y finalmente quedó en 72 minutos, y fue íntegramente editada en cámara, con el agregado de una o dos tomas. Nos llevó 8 meses de rodaje, rodando algunos fines de semana. En cuanto a los efectos especiales todos hicimos un poco, pero Walter Cornás, que estudió FX, fue el supervisor de los maquillajes y todo eso.

- ¿Qué cosas les gustaba ver como espectadores? ¿Veían mucho cine de terror?
- No, lo que más veíamos era ciencia ficción. Veíamos las películas de Spielberg, especialmente "ET", y "La guerra de las galaxias". Nos gustaban series de TV como "Brigada A", y otras. Y más tarde empezamos a ver películas de terror de Peter Jackson, que es el director de "Mal gusto", "Criaturas Celestiales", "Muertos de miedo", y una película que es una especie de The Muppets pero gore. También nos influyó mucho Sam Raimi, pero no fuimos grandes consumidores de terror, fue más amplio nuestro gusto.
En cuanto a películas de terror argentinas, tengo un vago recuerdo de "El pulpo negro" de Narciso Ibañez Menta, que vi en televisión cuando era muy chico, recuerdo que me gustó. Sé que hay cosas buenas de Soffici, es un terror muy clásico. Y está Emilio Vieyra, pero a mí no me gusta, meten todo en la misma bolsa como "cine bizarro", cuando llaman a algo malo "película de culto".

- ¿Lo que ustedes hacen puede llamarse gore?
- Sí, en "Plaga Zombie" sí, pero en la secuela "Plaga Zombi, zona mutante" eso ya no es tan principal. Ahora le estamos dando mucha bolilla a la historia, pero igual hay algo de sangre saltando por todos lados.

- ¿Cómo se hizo la distribución de "Plaga Zombie" ?
- La película salió directamente en video, se empezó a vender en el videoclub Mondo Macabro y fue una edición nuestra, independiente. Hicimos copias y se vendieron unas 300 copias el año pasado en Fantabaires. Hay gente que vino desde Mar del Plata a comprar su copia. Y tuvimos una respuesta muy buena, porque ya en la caja del tape pedíamos zombis que quisieran filmar la secuela, y nos llamaron unas 200 personas ofreciéndose. Hay copias piratas de la película en España, México, Estados Unidos, Chile, y se proyectó dos veces en la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños en Cuba. Un año y medio después de hacerla la proyectamos en un ciclo de cine bizarro en el cine Atlas Recoleta, junto a "La casa de Tourner" de Caterbona, "Vendado y frío" de Alexis Puig, y otras más. En el cine Cosmos se pasó dos veces, y en Agosto lo vamos a pasar en un festival de cine de terror en Mar del Plata.

- ¿Hay otros grupos que están haciendo algo similar a lo que hacen ustedes?
- Sí, hay un grupo que se llama Crepusculum, Estudios (están por sacar un largo en video que se llamará "Killer home"). Y también está Daniel de la Vega, que tiene unos cortos muy buenos. Personalmente no creo que haya un terror argentino, hay terror que se hace en Argentina. Hay películas de terror que son muy autóctonas, pero con muy pocas pretensiones, como por ejemplo, a mi juicio, las películas de Vieyra. El problema del terror acá es que se hacen copias de cosas ya hechas en Hollywood, y ahora el terror clásico hay que mezclarlo y fusionarlo con la comedia, la ciencia ficción, u otra cosa. "Plaga Zombie" tomó como base el cine de terror clásico, y tratamos de ir un poco más allá. Entonces parodiamos el terror. Por ejemplo, parodiamos el acento de doblaje con el que nos exhiben las películas extranjeras en la TV. No queremos copiar a nadie. Nuestros zombies no son verdes o celeste, son de todos colores, son rápidos y agresivos. MCI

Farsa Producciones
http://www.farsaproducciones.com.ar/



Publicado originalmente en MCI - Megasitio de Cine Independiente (http://www.cineindependiente.com.ar/)

jueves, 14 de mayo de 2009

Sobre Raymundo Gleyzer I

Autor: Cynthia Sabat csabat@gmail.com

Raymundo, la revolución de la mirada

El IV Festival Internacional de Cine y Derechos Humanos, que se llevó a cabo la semana pasada en Buenos Aires, fue el marco en el que se presentó oficialmente Raymundo, la primera película sobre el documentalista argentino Raymundo Gleyzer, que llega veintiseis años después de su secuestro y desaparición. A pesar de la demora, la película aparece en el momento justo para mostrarnos que la Argentina padece los mismos problemas que hace veinte años, y para añorar la enorme lucidez y humanidad de su mirada. El documental dirigido por Ernesto Ardito y Virna Molina, con producción ejecutiva de Juana Sapire, viuda de Raymundo, no sólo rescata la figura de un cronista imprescindible: también es una descarnada lección de historia argentina que bucea en los orígenes de nuestra catastrófica situación actual.

Ernesto y Virna están muy ocupados por estos días. Tras su presentación al público porteño, su documental está siendo visto por programadores de festivales internacionales que se interesan por llevar la historia de Raymundo a otros públicos. Mientras Ernesto termina de cerrar algunos aspectos de la presentación de la película en el Festival Hot Docs de Canadá, su mujer Virna explica que todo comenzó cuando terminaban la carrera de cine en la prestigiosa Escuela de Cine de Avellaneda, y casi por accidente, se cruzaron con una película de un tal Raymundo Gleyzer.



V.M.: Un día fuimos a una proyección de Los traidores y allí descubrimos a Raymundo y todo ese cine político del que, curiosamente, no nos habían hablado mientras cursábamos la carrera. Conseguimos sus películas, buscamos artículos, y leímos el libro sobre él que publicó la
cinemateca uruguaya. Así surgió la necesidad de hacer la película, ya que no había ningún documental sobre él. Primero ganamos una beca del Fondo Nacional de las Artes, y a partir de allí nos contactamos con Juana Sapire, viuda de Raymundo y sonidista de sus películas, que vive en Nueva York. A ella le encantó el proyecto, y empezamos a trabajar juntos. La idea era contar la vida de Raymundo vinculándolo siempre a la historia política argentina, y el desarrollo que tuvo el cine político, en Argentina y Latinoamérica.

Y lo lograron: la película es el más frontal y didáctico compendio que se haya hecho en los últimos años sobre la historia argentina, desde los años ´60 a esta parte. A través de una rigurosa selección de imágenes de archivo poco vistas, de momentos históricos clave en la historia del país –la primera vuelta de Perón y el Cordobazo, por ejemplo- y con el apoyo de grabaciones personales de Gleyzer y hasta animaciones, Raymundo es el resultado de una producción exhaustiva y paciente, que tuvo su epicentro en Nueva York.

V.M: La producción comenzó con un viaje de Ernesto a Nueva York, donde transfirió todo el material que tenía Juana a video, fotografió guiones y fotos, y accedió a muchísimo material que Raymundo había dejado perfectamente ordenado, como carpetas con la producción de las películas. A partir de allí trabajamos un año en el armado del guión. La financiación la obtuvimos de un auspicio del INCAA –gracias al apoyo enorme que nos dio Tato Miller- y a subsidios de fundaciones de Holanda y Canadá.

MCI: ¿Qué fue lo que los cautivó de Raymundo, al punto de emprender una producción que iba a demandarles años de trabajo?
V.M.:
A mí me cautivó su cine de alto contenido ideológico. Yo no había visto un cine, especialmente argentino, que tuviera tanta fuerza y estuviera tan comprometido con la realidad, como el que hay en las películas de Raymundo. Estaba completamente al servicio de la denuncia, pero a la vez tenía una riqueza cinematográfica, porque era un excelente cameraman -él trabajó como camarógrafo y corresponsal del viejo noticiero Telenoche-, y los planos eran impresionantes: usaba la cámara en mano siguiendo al actor, elegía sus ángulos de cámara con mucho cuidado y lograba actuaciones muy creíbles. Eso casi no se veía en el cine argentino de la época. Además Raymundo no sólo era camarógrafo y director, sino un excelente productor integral: no solo filmaba, sino que podía organizar la filmación de su película y la concretaba, sobre todo en las condiciones mínimas en las que se trabajaba en ese momento. Un ejemplo es el viaje que hizo a Malvinas en 1966 (“Nuestras Islas Malvinas”), siendo el primer periodista argentino que pudo registrar la vida en las islas. Filmó, grabó sonido y sacó fotos él solo, y terminó volviendo al continente con una úlcera.

El arcón de los recuerdos

Aunque nadie lo había intentado antes, hacer un documental sobre Raymundo se convirtió en una tarea relativamente fácil por la cantidad de material que había disponible para contar su historia: Raymundo registraba todo, con su cámara de 16mm o con su cámara de fotos, incluso con una grabadora de audio. Pero hubo un hallazgo que no estaba en los planes, hasta que el teléfono sonó en Nueva York.

V.M: Un día llamaron a Juana desde un laboratorio, para decirle que tenían unas cajas con rollos de película que había dejado Raymundo, y que las iban a tirar, a no ser que ella las retirara. Yo viajé para visualizar el material: eran 18 cajas que contenían rollos de cámara de “Los Traidores” y “México, la revolución congelada”. Entonces nos encontramos con que había tomas de las películas, pero también un pie y una cola de toma donde aparecía Raymundo dirigiendo a los actores o haciendo claqueta, Alvaro Melián cruzándose en cámara o Juana saludando. También encontramos material que Raymundo había filmado el día de la primera vuelta de Perón a Gaspar Campos, en imágenes de una gran calidad, filmadas en color, y que nunca se habían visto. Fue como descubrir un tesoro arqueológico.

Los fragmentos encontrados permitieron recobrar los rostros de quienes formaban parte del grupo Cine de la Base, y cuyos nombres no aparecían en los créditos para resguardar sus identidades. Tras retratar el hambre de Brasil en “La tierra quema” (1964), la revolución truncada en “México, la revolución congelada”(1971) y la otra cara de la Masacre de Trelew en “Ni olvido ni perdón” (1973), Raymundo encara su primera ficción, ante la imposibilidad de documentar lo que a él le interesaba denunciar: la traición de la dirigencia sindical.

“Los Traidores”, un documental actuado


En “Los Traidores” Raymundo Gleyzer y Alvaro Melián se atrevieron a meterse con la corrupción sindical, en una época peligrosa. “Raymundo”cuenta la epopeya de su realización clandestina entre junio y octubre de 1972, y la increíble historia de cómo su director burló la censura, sacando los rollos en aviones y enviándoselos a Bill Susman, su productor norteamericano. “Los Traidores” es un ejemplo de cómo usar la ficción, para desnudar una realidad.

V.M: Había sido pensada, en un principio, como un documental. Pero sólo se podía acceder a imágenes de los sindicalistas en actos público, con una fachada controlada: los negociados, la parte oscura del sindicalismo era imposible de registrar. Entonces Raymundo y Alvaro Melián, (su co-guionista) decidieron ficcionalizarlo, pero teniendo como punto de partida toda la investigación previa, al punto tal de que cada línea del guión había sido dicha por un sindicalista –Lorenzo Miguel, Rucci o Vandor-, un dirigente de base, o un trabajador. El hecho de que desde la imagen también pareciera un documental, estaba determinado por las condiciones de producción: no había tiempo de poner luces, ni de repetir muchas tomas, había textos más o menos pautados pero se improvisaba. La película fue exhibida en fábricas y casas de familia, donde se realizaba un debate posterior, coordinado por el mismo Raymundo. El no podía imaginar su cine, desvinculado del debate.


MCI: ¿Cómo era la relación de Raymundo con sus colegas?
V.M.: En ese momento había una cuestión muy práctica: eras peronista o eras antiperonista. Raymundo no era peronista, era marxista, y no aceptaba de ninguna forma la figura de Perón. Por eso había un choque directo con los cineastas peronistas: todos estaban de acuerdo con la revolución socialista, con la denuncia, pero Raymundo no aceptaba a la dirigencia peronista, y a la dirigencia sindicalista-peronista, que era traidora. El denunciaba esto en sus películas, y los cineastas peronistas no estaban de acuerdo. Por eso se diferencia tanto el “Cine de la base” de Raymundo, del grupo “Cine Liberación” que encabezaban Pino Solanas y Octavio Getino, aunque eran amigos (Raymundo operó la cámara en algunos secuencias de “La hora de los hornos”), a pesar de que las diferencias ideológicas eran muy marcadas. Raymundo quería llevar su cine a la base y hacer reflexionar a los obreros sobre el sindicalismo traidor, pero eso a los peronistas no les gustaba.

Me matan si no trabajo, y si trabajo me matan” es parte de una canción de Nicolás Guillén que da título al cortometraje de Raymundo Gleyzer, en el que muestra la indiferencia de los dirigentes de una fábrica del Gran Buenos Aires ante la alta mortalidad por contaminación con plomo que sufren los trabajadores. La contundencia y la simpleza, unidas al humor, caracterizan a esta, la última película terminada que dejaría Raymundo, antes de desaparecer.

La mirada silenciada

V.M: A partir de que “Los Traidores” empieza a distribuirse, comienzan las amenazas a gente unida sobre todo a la izquierda peronista, pero también al socialismo. A partir de allí se exilian algunos de los actores de la película, como Hugo Alvarez, Luis Politti y Lautaro Murúa, y algunos actores de “Operación Masacre”, la película de Jorge Cedrón que relata los sucesos de la masacre de José León Suárez. Alvaro Melián se exilia tiempo después del Golpe Militar. El ya estaba en Europa cuando desaparece Raymundo, y se queda allá.
Raymundo había viajado a Estados Unidos un mes antes de su desaparición, por una cuestión comercial: acababa de cerrar un contrato con la UNESCO para filmar una serie de documentales en Africa. Sus amigos le sugirieron que no volviera – Haroldo Conti, un compañero del PRT, había desaparecido pocos días antes-. Pero él dijo que iba a volver como lo había hecho siempre. El 27 de mayo de 1976 fue secuestrado cuando salía de SICA; fue llevado a la Brigada Güemes y de ahí al Centro Clandestino de Detención El Vesubio. Se sabe que estuvo con Conti, a través del Padre Castellani, que fue a ver a Conti gracias a un permiso de Videla, y cuando entra a la celda escucha una voz que le dice: “Padre, soy Raymundo Gleyzer, dígale a mi familia que estoy bien”. Eso fue lo último que se supo de él. Tenía 34 años.

El Movimiento de Documentalistas Argentinos, decidió este año decretar la fecha de desaparición de Raymundo como el Día del Documentalista. Además de este homenaje de sus colegas, quienes hoy ven sus películas no pueden sino notar la asombrosa actualidad de su cine.

V.M: Hablábamos de eso con Dolly Pussi, una documentalista amiga de Raymundo, y ella nos decía que los problemas que existían en ese momento son los mismos que existen ahora: la burocracia sindical sigue siendo corrupta, la injusticia social está presente más que nunca. Las películas van a seguir vigentes mientras esos problemas existan en América Latina.

MCI: Se me ocurre que el efecto que puede tener hoy una película de Raymundo, proyectada en centros de piqueteros o en comedores comunitarios debe ser profundísimo.
V.M:
Nosotros vamos a pasar la película en esos lugares, porque pensamos nuestra película unida al debate, como lo quería Raymundo. El debate es casi natural, porque la gente tiene la necesidad de hablar después de verla. Hay cineasta que nos preguntan, y se preguntan “qué hacer a partir de ahora, cómo seguir con este “cine de la base”? Por otro lado Juana propuso a varios canales de TV pasar “Los traidores” sin cobrar un peso, pero jamás tuvo una respuesta, a pesar de que había gente supuestamente “progresista” manejando esos medios.

MCI: ¿Te lo imaginás a Raymundo, hoy, documentando las marchas de los piqueteros?
V.M.: Yo pienso que haría mucho más que eso. Estaría un escalón más arriba. A partir del 20 de diciembre del año pasado surgió en muchos la necesidad de documentar, salir con cualquier cámara y registrar las marchas, los cacerolazos: él estaría organizando un discurso para plantear el debate y la incorporación a una organización política para la toma del poder, para que el cine cumpla una función real. El cine era para él una herramienta para llegar a una transformación social. Hoy, que los medios de información están totalmente controlados, la cámara de Raymundo hubiera sido una denuncia terrible, y una manera de despertar a la gente. MCI

Fuente Consultada: “El cine quema: Raymundo Gleyzer” autores: Fernando Martín Peña y Carlos Vallina, Ed. De la Flor, Buenos Aires 2000.

Publicado originalmente en MCI - Megasitio de Cine Independiente (www.cineindependiente.com.ar)

Sobre Juan Villegas


Autor: Diego Acosta

Entrevista a Juan Villegas, director de Sábado

Día de semana. Aproximadamente las 14 horas y tras una Plaza Serrano con varios niños y adolescentes de vacaciones me siento a esperar en un bar, por otro realizador que logró su opera prima con satisfacción y buen resultado. La inflación de turno me asalta en la carta de los precios, y me entero que un simple cortado ya no es lo que solía ser meses atrás y que un tostado ya no es lo mismo que un taxista que promete llevarte derecho a destino y en realidad te pasea para aumentar su recaudación. Asimilado el tema económico llega Juan Villegas, director de Sábado, una película de no mucha factura, bien hecha y que, como el mismo la define, es personal, acercándose mucho al cine de autor que reconoce como de su gusto e influencia.

- ¿Cómo llegó Gastón Pauls al proyecto?
- Sí, le llego el guión por intermedio de una amiga mía que era ayudante de dirección en Nueve Reinas, por otro lado, por medio del hermano, Cristian Pauls, que es profesor de la Universidad del Cine. Así fui llegando, pero él en general esta bastante abierto a recibir propuestas y si le interesa hacerlas…, hace unos años decidió dedicarse exclusivamente al cine, prácticamente esto le cerraba porque no tenia la necesidad económica.

- ¿Escribiste el guión pensando en él o surgió después?
- En realidad lo escribí pensando en él pero sin conocerlo personalmente.

- ¿Y como sabías que te iba a decir que sí, que iba a poder?
-Tenía confianza que me iba a decir que si, al principio cuando empecé a escribir no estaba tan pendiente de que iba a pasar, o de lo que fuera a pasar cuando vaya a filmar esto. Empezás a escribir, no es algo tan pensado, no es termino el guión y un mes después empiezo a filmar. Lo empecé a escribir y bueno me deje llevar.
Todo surgió de una anécdota personal, la anécdota que cuenta el personaje de Natalia es algo que me sucedió a mi justo con Gastón Pauls, en un lugar al que fui dos veces, me lo encontré a él y se me despertó la idea que si vas dos veces a un mismo lugar y te encontrás a un misma persona significa que..., y bueno todo lo que reflexiona el personaje, lo pensé yo. Y como me había pasado con él, decidí escribir el guión con él.

- Me pareció raro, porque siendo tan difícil hoy en día hacer una película y que uno desde el guión ya este planteando un condicionante como Gastón Pauls...
- En su momento era él y en realidad iba a ser solamente eso como un chiste nombrándolo, una especie de bolo, un encuentro casual con él, pero después se me ocurrió que podía ser interesante, imaginarme como podía ser un día en la vida del él y desarrollar el guión de un posible día en la “vida de”.
Por lo menos en mi experiencia personal y de otra gente que también empezó a hacer películas independientes, hay buena predisposición de los actores a trabajar en este tipo de películas a pesar de que no cobren, o cobren menos que en otras películas, o pasan a cobrar directamente después de que la película recupere un poco de plata luego del estreno.

- En cuanto a los personajes, lo que note es que la mujer es la que lleva los tiempos de todo.
- Eso fue un poco premeditado y un poco salió así, es como una respuesta a esa dependencia del cine argentino a dejar a la mujer como en un segundo plano, como personajes que están en función de lo que le pasa al hombre, o que nunca toman decisiones por si mismo, y por otro lado tal vez también surgió de lo que yo veo en la realidad.

- Quedan un poco como las más guachas...
- Sí, pero también es porque toma las decisiones, el hombre está como en una posición más pasiva. Es muy fácil también no tomar ninguna decisión y finalmente las únicas que deciden hacer algo son las mujeres.

- ¿Pensás que G. Pauls le podía dar un poco de “masividad” a la película?
- No, en ese momento no. Creo que hay mucha gente que la puede ver y le puede gustar porque lo que me planteo es que me puede gustar a mí y me imagino que le puede gustar a mucha gente, sí, es una película que trata de gustarme a mí, sinceramente no especulé con esto en ese momento, incluso sentía que era una complicación en algún sentido, después me di cuenta que ayuda para algunas cosas.
Lo del Gastón ayudó en el rodaje, que él sea el actor, ayuda a que vas a un lugar a pedir algo prestado o queres hacer algún canje con alguien y te preguntan ¿quien es? y le decís que tenés un actor conocido y creen que la película es real, que va a estar en los cines, en ese sentido funcionó. Ahora me parece que ayuda a que mucha gente se acerque a ver la película, eso obviamente si. Y no especule con eso, pero también es cierto que lo puedo aprovechar, y él esta contento con la película y eso es bueno también porque que él hable bien de la película es bueno.

- Bueno entonces la “masividad” a través de él no te la planteaste pero en algún momento dijiste “quiero que la vea mucha gente”...
-Sí, pero en ningún momento concedí nada, ninguna decisión ni estética ni narrativa para que la vea mas gente. Después decidir poner en el afiche a Gastón y a Daniel que son los actores mas conocidos… o como armar el trailer, ahí uno cede, pero creo que no esta mal ceder en esas cosas, porque es una película independiente tanto en lo económico como en lo estético , no tiene ningún compromiso con nada, pero eso también hace que sea mas difícil, al no tener una estructura de producción atrás es mas difícil llevarla al cine y además de alguna manera tenemos que competir con estos mismos medios con otra gente con más medios económicos para mostrar la película, entonces no me parece mal.

- ¿En algún punto querés que la vean, que se exhiba y todo…?
- Nunca pensé que las películas más vistas son las peores y las que menos se ven son las mejores, no es tan así, hay de todo... hay películas masivas buenas, películas masivas malas. Pero hay una tendencia últimamente, no sé si es mi opinión, que las que más se ven son las peores.

- ¿Por ejemplo?
- El hijo de la novia y La fuga, están muy por debajo de por lo menos 6 o 7, otras películas argentinas que se estrenaron el año pasado te puedo nombrar...

- Por más lanzamiento que haya, ¿crees que hay algo que tiene la película?
-Tampoco voy a ser ingenuo de que si La libertad hubiera tenido un lanzamiento enorme iba a llenar las salas. Esas películas se parecen más a la televisión que a las otras películas, es una sospecha que tengo, la gente está más acostumbrada a ver televisión y también el espectador trabaja mucho por costumbre y no me parece mal, pero cuanto más se acostumbre a ver otro tipo de películas más le va a gustar, es como todo, a uno le pasa también.

- ¿Qué habría que tener entonces para que vayan dos millones de personas a ver tu película
- No lo sé, además creo que no me saldría, la verdad. Si yo dijera por alguna razón estoy cansado y quiero hacer una película para ganar mucha plata y llenar los cines, ¿haber cual es el método?, creo que me saldría mal, estaría descontento con la película y creo que no iría mucha gente, ese es el riesgo que corres, y para no correr ese riesgo prefiero hacer la película que yo quiero, tratar de hacerla lo mejor posible que vaya la mayor cantidad de gente posible, pero sin especular con eso, porque hay gente que le sale mas naturalmente, o sea a mí no me gustó El hijo de la novia pero tampoco creo que sea una película hecha con la especulación de todo producto, creo que es el cine que le gusta a ellos también y coincide con el cine que le gusta ver a la gente, ellos digo Campanela y compañía. Me parece que puede haber algún tipo de concesión porque al haber una estructura de producción más fuerte atrás…

- ¿Por qué será que es a Darín al que siempre llaman...?
- Sí, pero también creo que a Campanella le gusta trabajar con Darin, hay otras películas que se nota cuando esta hecho el cálculo y me parece que La Fuga es un poco más eso, un producto que dicen bueno vamos a poner muchas figuras conocidas, pero la película es nada. A mí El hijo de la novia no me gusta pero... puedo entender cual es su efectividad, pero no es todo un producto.

- ¿Tiene que ver un poco con el género también? Por ejemplo, la gente le reclama al cine argentino, quizás porque ve muchas cosas que no entiende o le aburren. ¿Es por eso que van a ver La Fuga?
- Pero tampoco le dan tanta oportunidad a las otras, porque habría que preguntar, nunca se hizo la estadística de los que fueron a ver La Fuga, ¿les gustó a la mayoría o fueron a verla arrastrados porque era la película argentina que se enteran que existe, o porque no se enteran que existen otras películas argentinas?

- ¿Notás en estas películas una tendencia a desarrollar un género más específico que en otras películas que tuvieron menor recepción de público?
- Si, pero yo creo que tuvieron la habilidad de sumar otra cosa. Me parece que ya se dieron cuenta de que el género de comedia sonsa, como esas películas de Franchella, estaba un poco agotado y que el espectador de cine exige como algo más. Exige una cosa artística, por decirle de alguna manera, un poco más, creo que es algo que tiene que ver con una cuestión de la crisis, ya que el espectador de cine es alguien que paga 7 pesos la entrada... es alguien que tiene, en general, algún tipo de necesidad de ver algo con un poco más de prestigio cultural y eso fue lo que agregaron a estas películas. Por eso me parece que fueron más masivas.

- ¿Qué pasa con los géneros en Argentina en comparación con el exterior?
- Tengo una idea de que si uno quiere ser totalmente sincero haciendo un género, va a salir para otro lado: a mi también me gusta el cine americano pero no me sale una película americana, y yo creo que con las estructuras del género del cine americano cuando se imitan se nota y a mi no me interesa eso. Eso me parece que pasa un poco con El hijo de la novia, y también otro tipo de cine (no solo cine americano); con La Fuga también pasa eso y se nota demasiado, "vamos a hacer una escena a lo El padrino"... y no suenan creíbles. Pero de repente hay películas que trabajan también desde el género que me parecen interesantes pero están contaminadas por otra cosa, porque es argentina. Para mí El descanso es el ejemplo, no sé de qué género es pero seguro es de género, o de todos porque es una aventura-policial-comedia, pero tiene algo que la despega de ser una película argentina tradicional. Me parece que fue porque sus directores fueron sinceros con lo que querían contar. Cuando yo pensaba mi película, la iba pensando como una comedia y en el medio derivó hacia otro lado, o sea: yo sé que hay mucho humor pero no es una comedia.

- ¿Crees que no se juegan al cine de género porque se va a lo seguro? ¿Qué se apuesta a la comedia, como decís vos, con un toque intelectual
-
Podría haber un cine industrial de género mejor, debería haber... pero yo creo que en general la mayoría de las películas que se estrenaron en estos últimos años, las más interesantes, salieron de la decisión personal de contar una historia rompiendo con una tradición anterior de cine argentino, y cuando uno tiene la necesidad de hacer una película desde ese lado es muy difícil afiliarse a un género. Y me parece que el género nace cuando el cine ya esta establecido como una industria o una tradición cinematográfica y hoy en día no hay una tradición.

- ¿Cómo hiciste para financiar tu película?
- En esa época la Fundación Antorchas tenía unos subsidios de treinta mil pesos para cine de 16 mm, no decía si era corto o largo y yo presenté el guión y salió. Yo venía trabajando en este guión y más o menos estaba terminando una versión para la fecha de cierre que era octubre del 99, y los resultados salieron en abril de 2000. A partir de que salió tenía la posibilidad de decir bueno tengo esto, hice cuentas y me alcanzaba justo para filmar en 16 mm sin pagar sueldos y terminar la película en video. La filmo así o me pongo a armar una producción con más plata, dije… y decidí hacerla así.

- ¿Vos decís que con treinta mil pesos la filmaste?
- Si, bueno hoy no, con treinta mil pesos de antes, o sea en aquella época treinta mil pesos-dólares.

- La estética de la película haría pensar que casi no hay director, es como que pasa todo y no hay nadie ahí, no hay música tampoco…, imagino que es tu estética pero también ¿Respondía a una cuestión de guita?
- Siempre digo que si hubiera tenido más plata creo que la hubiera filmado igual, yo estoy casi convencido de eso. Conscientemente pensé y escribí esa película para hacerla con poco dinero, pero no es que me fui adecuando después, o sea, en ningún momento sentí que estaba haciendo una concesión estética por no tener plata. Por ejemplo: hay dos choques en la película que no aparecen que ni siquiera están filmados y creo que si hubiera tenido plata tampoco hubiera tenido ganas de filmarlos. Pero sí tuvimos mucho control, como cierto rigor y calidad técnica de la película, desde la fotografía, del cuidado de los encuadres. A pesar de que es una película de bajo presupuesto, que no se note y que no parezca que falto plata, que surja directamente de la estética. En eso también se da como una paradoja que es que en muchas de las películas de bajo presupuesto para mí hay un rigor técnico mayor que en las de alto presupuesto en la Argentina, son más descuidadas las grandes que las chicas. A primera vista parecen más lujosas y con más despliegue, pero es a primera vista; en realidad, hay un descuido por encuadres, actuaciones por un montón de cosas que en las otras películas no existe y eso me parece interesante que a pesar de que son películas de bajo presupuesto en general hay un rigor técnico, una preocupación por la técnica, que para mi tiene que ver con una nueva generación de técnicos surgidos de las escuelas de cine.

- Gente más formada....
- Gente que ya viene trabajando con los directores de cortos y que pueden entender otro tipo de cosas y eso también es importante y por eso ha cambiado también el cine, como una renovación de técnicos. Lo que pasa que el cine argentino también en los 80s y hasta principio de los 90s había caído, era muy malo técnicamente. Creo que las películas industriales se tienen que preocupar ahora por como mejorar técnicamente mas que antes, si vos ves películas de los 80s y 90s son papelones y eso ha mejorado bastante.

- Aunque parezca contradictorio, ¿se puede decir que hacés cine de autor, cuando precisamente tratás de desaparecer todo el tiempo?
- Sí, pero eso tiene que ver con una decisión estética, por un tipo de cine que me gusta, la mirada objetiva sobre la realidad. En un aspecto objetiva, en el sentido del registro, ahí tal vez hay una base teórica de Bazin y de su idea de realismo que me llega de ese lado y por el cine de Rhomer. Eso no implica que no sea un cine personal. La idea es no forzar la situación y no querer, darle un significado extra a lo registrado por la cámara, a través del encuadre o el montaje sino simplemente mostrar, y que diga directamente lo que quiero decir. Mostrar la realidad, no significar a través de las cosas, y me parece que al ser muy riguroso en eso, termina como siendo personal y lo que decís vos: termina siendo de autor.

- ¿Fue un quilombo filmar en el calle?, porque prácticamente pasa todo ahí...
- Hay muchas escenas dentro de los autos. Hubo un trabajo previo muy grande de buscar calles por la ciudad que cumplieran los requisitos: de donde salía el sol, poco tránsito para el sonido, que el asfalto estuviera bien, que me guste el fondo de la calle. Terminé eligiendo algunas calles de Saavedra, Paternal y Floresta. En realidad en la búsqueda de locaciones, la cual me tome bastante tiempo para hacerla, fui descubriendo cosas, por ejemplo, para filmar de noche lo mejor es el microcentro, los días de semana está completamente vacío. El choque está filmado ahí, el bar también.

- ¿Hiciste muchas tomas de cada escena?
- No, ensayé bastante, yo soy contrario a la idea de la improvisación en todo sentido. Tanto las puestas de cámara como la actuación, cuanto mas preparadas las tenes de antes, mejor, no creo que por improvisar uno va a ser mas espontáneo, al contrario, para mi provoca mayor inseguridad.

- ¿Con el material virgen llegaste sin problemas?
- En realidad me estaba que dando medio corto con el calculo de los 30 mil dólares y en eso me ayudó la Universidad del Cine, que viene a ser como un productor asociado, también aportaron equipamiento en cuanto a la luz y la edición.

- En el cine independiente hoy, ¿Quién es Juan Villegas?
- Me siento parte de una camada de películas no tanto por cercanía estética sino por modos de producción y modos de encarar el cine, una ambición de algo que empezó con Pizza, birra, faso o tal vez con Rapado. En algún aspecto me siento parte de eso. Puedo encontrar diferencias en lo estético, eso es interesante porque en todas las películas de lo que se llama “el nuevo cine agentino” son muy distintas entre sí, eso le da como una especie de riqueza. También existe una idea de que es complicada mantenerla, es una cierta idea de comunidad cinematográfica, tiene que ver con los técnicos también, incluso he trabajado como asistente de dirección y ayudante de cámara en otras películas, y hay una asociación que se llama PCI (Proyecto Cine Independiente) a la que están nucleados varios de estos directores, a la cual yo pertenezco aunque a veces es difícil mantenerlo parque cada uno esta con sus propias películas pero en general hay como una idea de comunidad.

- ¿Cómo surge?
- Existen otras asociaciones como por ejemplo la DAC, pero en un momento empezó a haber una camada de películas importantes hechas por directores más jóvenes que no tenían asociación u organización y no tenían quien lo representara ante el Instituto. En realidad nos juntamos regularmente para hacer alguna nota en un medio o hacer un reclamo conjunto frente el Instituto. Lo que se esta tratando de obtener es una representación legal para participar, no sé si en el consejo asesor o en la asamblea, en el organismo colegiado dentro del Instituto, que toma decisiones y que tiene un representante de cada una de las Asociaciones.

- ¿Qué pasa con el estreno?
- En realidad estoy estrenando porque gané un subsidio de la fundación del Festival de Rótterdam, ellos tienen un concurso que se abre dos veces al año y que se entregan subsidios para el desarrollo de proyectos en post producción o para distribución. Presenté para distribución y por suerte con esa plata voy a poder estrenar el 22 de agosto, falta poco.

- ¿Qué te pasó cuando terminaste y viste que no podías estrenar?
- Me daba ansiedad, porque fue bastante rápido el proceso de rodaje hasta que estuvo la copia 35, no paso mucho, filmé en octubre y en abril ya estaba la copia. En realidad la pude mostrar en seguida en el BAFICI. Me calmé un poco al mostrar la película afuera, es como que ya sé cual va a ser la reacción de la gente, aunque es verdad que no es lo mismo el público de los festivales que el de acá, pero me puedo imaginar a quienes la va a gustar.

- Siendo crítico, ¿Qué te pasa con tu película?
- A mí me gusta, igual es difícil ponerse del todo a fuera, aunque en el momento de dirigir, me ponía un poco afuera y veía como la recibiría como espectador. Trato de no olvidarme nunca de eso pero sin estar cediendo a la idea del espectador. El crítico también es un espectador, calificado, pero es un espectador. Y con la película estoy conforme.

- ¿Cuál es tu próximo proyecto?
- Es una adaptación de “Los suicidas”, una novela de Antonio Di Benedetto, escritor mendocino ya fallecido. Terminé la primera versión del guión y gané un subsidio para el desarrollo del proyecto de la misma fundación del Festival de Rótterdam, digamos que han ayudado a muchas películas Argentinas. También está presentada en el Concurso del Instituto, para primeras y segundas películas y si no sale eso, veremos si se puede conseguir en este momento una plata afuera.

Publicado originalmente en MCI - Megasitio de Cine Independiente (www.cineindependiente.com.ar)

Sobre Raúl Perrone

Autor: Cynthia Sabat

El último independiente virgen
Reportaje a Raúl Perrone, director de Peluca y Marisita

Raúl Perrone comenzó vendiendo curitas en la calle, e invirtiendo las ganancias en películas Super 8. A partir de allí forjó, a fuerza de nadar contra la corriente, una de las filmografías más coherentes, frescas y representativas de “la independencia” en el cine. Aunque siempre tuvo un reducido grupo de seguidores, el estreno comercial de Peluca y Marisita es una buena oportunidad que tiene el gran público para descubrir a un director que en su madurez conserva el candor y la pasión, y que mientras otros independientes dirigen series para la TV y producen bajo el ala de poderosos padrinos, declara “nunca me bajé los lienzos.”

MCI: ¿Qué es lo que cuenta “Peluca y Marisita”?
R.P.: Quise contar cómo un lumpen como Peluca puede cambiar a raíz de una decisión que toma una mina por su cuenta, y cómo esa mina cambia a partir de esa decisión.

- ¿Cómo surgió la historia?
-
En una época yo hacía muchas fotos Polaroid, e hice unas fotos de un tipo con un brazo tatuado. Con Iván (Noble) íbamos a hacer un libro de fotos con textos de él, y él le hizo un texto a esa foto. A partir de esa pequeña anécdota se me ocurrió la película.

- ¿Cómo fue el trabajo con Iván Noble como actor?
- Con Iván hicimos un trabajo muy riesgoso, porque estábamos al borde del ridículo: ¿cómo hacer una película con él y que nadie fuera a verla con prejuicios? Esto fue antes de “099 Central”. El ya había hecho pequeños papeles en “Labios de Churrasco”, “Graciadió” y “Cinco pal peso”, hasta que le llegó este protagónico. Tanto Iván como yo estamos muy contentos con la película, aunque tenemos cierto miedo al prejuicio. Pero hay que decir que Iván se cargó la película al hombro y compuso un personaje nada fácil.



- Cuando uno ve “Peluca y Marisita” siente que el director está identificado con los problemas de los adolescentes, y no con los de la madre, aunque los muestra. Vos estás más cerca de la generación de la madre... ¿Partís pensando las historias desde ese punto de vista?
- Yo no pienso. Si pienso, pierdo. Yo soy intuitivo, soy un pendejo. Ya lo hice con “Labios de churrasco” y tenía 38 años: me parecía que en el cine argentino no había historias de pibes. A mí no me interesa bajar línea, y ponerme del lado del que “ya vivió”. Otra mirada de esta película sería desde el punto de vista de los padres, pero a mí no me interesan las historias de los tipos de mi edad, me aburren. Es más, no creo aparentar la edad que tengo.

- ¿Cuántos años tenés? Decilo! No seas coqueto.
- Soy sumamente coqueto....

- Igual vamos a sacar cuentas...yo creo que tenés 50.
-Tengo 50.

- Tenés 50? No te doy 50....
- Me estás cargando?

- Es que sabía que tenías más de lo que aparentabas. ¿Cuál es la fórmula entonces para mantener esa frescura al contar historias?
- Yo soy así, todavía me gusta saltar tapiales... si ves la gente que me sigue son todos pendejos. Yo tengo un curso de cine en Ituzaingó y son 50 tipos de entre 16 a 25 años, y mi equipo técnico no tiene más de 30. No sé por qué pasa eso, pero sí sé que no puedo hablar con un tipo de 40 años porque me aburrro a los diez minutos.

Perrone way

- ¿Cómo empezaste a hacer películas?
- A los 18 años yo vendía curitas en la calle. Un día pasé por una casa de fotos, entré y dije “yo quiero hacer una película”. En esa época existía el Super 8, y el dueño filmaba cumpleaños y casamientos. Me preguntó “qué querés hacer?” y le dije “contar una historia”, e hice mi primer cortito que se llamó “El cumpleaños de Juan”. Lo presenté en UNCIPAR y gané. Y ahí empecé a hacer cortos en Super 8. A los 19 años me casé, fui papá y mi mujer me dijo “si seguís filmando me voy”, y dejé de filmar por mucho tiempo...porque todo lo que ganaba con las curitas lo gastaba en rollos de película. Me dediqué al dibujo trabajando para varios diarios, y en el ´89 empezó el boom del video y empecé a hacer cortos con Piero, Charly y Calamaro...y ya después no paré.

- ¿Cómo eras cuando eras adolescente? ¿Eras como Peluca?
- No! Yo soy un cronista, no un protagonista. Yo era un pibe de barrio muy rebelde, muy de hacer todo lo que no se podía...siempre fui políticamente incorrecto: cuando todos me decían “tenés que filmar en Super 8, pero sin banda de sonido” yo decía “si hay una cámara que hace sonido directo, ¿por qué no hacer sonido directo?”. Todos en aquella época -te hablo del año ´72- imitaban a Bergman. Cuando aparecí con mi historia de barrio le volé la cabeza a todos, porque eran intelectuales. Yo iba contra la corriente en el sentido de que me gustaba jugar al fútbol, al billar, estaba en la lleca todo el día, pero hacía películas. Inventaba series de televisión, y me acuerdo que una vez me prestaron un proyector Super 8 y le rompí las sábanas a mi vieja para usarlas como pantalla, para verlas bien grandote.

El boom indepediente que no pudo ser

- Vos fuiste un director independiente mucho antes del boom de “Mundo Grúa”. ¿Te sentís un pionero?
- No me siento nada. Andá a los archivos y fijate lo que pasó en el ´94 con “Labios de churrasco”: si yo hubiera tenido un estreno como el de “Mundo Grúa” el boom independiente hubiera sido “Labios de Churrasco”. Fue una peliculita que se dio en el Lorca una sola vez y fueron 1000 personas, que iban todos los días a ver cuándo la daban.

- Entonces, ¿ la cuestión es que Trapero tiene más capacidad de marketing?
- No, Trapero tuvo una productora que le estrenó la película. No hablo de capacidades. Lo que quiero decir es que la mayoría de los pibes que hacen cine ahora, estudiaban en la FUC en 1994. Cuando hablan de mi influencia es porque vengo haciendo películas desde hace mucho... el tiempo coloca todo en su lugar. Además, ¿quién iba a pensar que iba a haber un festival de cine independiente, cuando antes decían “hay un loquito que hace películas en video y las estrena en el Lorca, pobre tipo”? Ahora el 90% hace películas en video. Yo lo hice porque no tenía otra manera de hacerlo, y si eso marcó un camino o influyó, bienvenido sea, pero nunca me propuse ser el paladín de nada. Y quisiera que me saquen el rótulo de “cineasta independiente”, y solo dijeran “este tipo cuenta historias”. Ya me hinché las pelotas, porque meten en la bolsa cualquier cosa. Yo creo que hay algo que es irrefutable, que es mi obra. Hay tipos que ahora dicen : “a ver, ¿qué está de moda?...contar historias de marginales: bueno, vamos a hacerlo”... y andá a ver si siguen haciendo películas dentro de un tiempo. Hay que ver unas 6 o 7 películas de un director para decir “aquí hay un autor”. En mi programa (“A cara de perro”, por Canal á) le doy lugar a tipos que no tienen espacio en otro lado, porque creo que hay que darle lugar a toda clase de historias. Pero ojo.... también creo que habría que hacer un “Si lo sabe, filme”.

-Podrías hacerlo...
-Tendría que hacerlo Galán...

- Que en paz descanse...
- Es que me parece que hay mucha gente que porque tiene una camarita sale a hacer películas....

- Si uno tiene una camarita, y actores amigos, ¿qué más tiene que tener para hacer una película?
- Una mirada. El cine tiene que ver con las miradas. Y con el oficio, de filmar y filmar. “Peluca y Marisita” la podría haber hecho otro tipo desde otro lugar. Yo tengo una mirada, y te cuento un cuento. Soy lo más honesto posible, lo más creíble posible. Yo no hago esto para mañana ir a cobrar un subsidio, sino para que vos te llenes el alma. Para que cuando salgas del cine la película te haya dejado algo. Soy consecuente con lo que digo y lo que hago: de eso nadie va a poder decirme nada. Nunca me bajé los lienzos.

- ¿Hay algún director argentino que respetes mucho?

- Sí, Leonardo Favio. Es fiel a sí mismo, contó historias muy chiquitas, tiene sensibilidad, sabe lo que está contando. Es al único tipo al que le creo de verdad. Veo una película de él y me emociono, lo veo a él y me emociono.

- Para vos, ¿por dónde pasa el éxito de una película?
- Tiene que ver con que soy un boludo, un tipo que hace películas para llenarse el alma. Yo soy feliz cuando recibo mails de gente que me dice que le pasaron cosas con mi película, o cuando simplemente se paran, me dicen “gracias”, me abrazan y se van. Con eso, ya estoy hecho. Yo hago películas para la gente. MCI

Raúl Perrone en la web


Publicado originalmente en MCI - Megasitio de Cine Independiente (www.cineindependiente.com.ar)

Sobre Fabián Bielinsky

Autor: Cynthia Sabat csabat@gmail.com

El ilusionista del millón

Con su opera prima Nueve reinas, Fabián Bielinsky se convirtió en uno de los pocos directores argentinos que superó la barrera del millón de espectadores. Su película casi parte camino al Oscar, pero se quedó finalmente con un premio más que envidiado: las salas llenas y el apoyo de la crítica. Bielinski conversó con MCI acerca de las trampas de su relato, del panorama del cine nacional, y de la instantánea y particular identificación que sintió el público argentino con un par de estafadores encantadores.



- ¿Qué fue lo primero que surgió como idea original de Nueve Reinas?
- Lo primero que surgió fue el tema de la estafa, y después los personajes. Por puro placer y obsesión. Me gusta el tema, me gusta el ámbito, me gusta esa forma delictiva tan curiosa, que se entremezcla tanto con cuestiones morales y éticas. Me parecía un ámbito fascinante para mi historia: la historia de un delincuente que en vez de esgrimir un arma, esgrime una estrategia, o mecanismos psicológicos con los que logra que le entreguen el dinero sin tener que sacarlo... como forma delictual me parece que tiene una connotación rarísima, y genera una enorme contradicción moral en el espectador.

- Y plantea una especie de “ley de la selva” pero en las calles....
- Sí, eso era parte del ámbito, una jungla a la que no conocemos del todo, eso era lo interesante. Porque nadie duda que hay delincuentes a mano armada esperando para dar el zarpazo, sin embargo esta forma de delinquir está mucho más cerca y pasa más desapercibida. Toman café en el mismo bar que nosotros, y hasta nos rozan en la calle y no lo sabemos.

- ¿Pensaste esta historia en Buenos Aires desde un principio ? Porque tiene mucho de lo que es el “ser porteño”, como un subgénero dentro del “ser nacional”.
- Sí, la pensé ambientada en Buenos Aires, es el ámbito natural de todo esto, y es mi propio ámbito. Sin embargo esto del “ser nacional“ es una curiosidad.... no fue una idea inicial de la película, y es muy curioso cómo el público lo tomó. Porque esta modalidad de robo se da en todas las grandes ciudades del mundo, pero no en todas las ciudades el público lo tomaría como una especie de ilustración de algo genérico. Aunque esto pasa en otros lugares, estoy casi convencido de que la gente claramente dividiría entre “nosotros y ellos”. O sea, estaría viendo una historia de delincuentes y nada más. Y acá piensan “ellos son los delincuentes; no somos nosotros, los honestos, el público” y sin embargo todos lo asumen como algo que tiene que ver con lo “nuestro”. Me parece increíble cómo la gente entiende y acepta que eso, de algún modo, nos representa. Es como si dijeran “esos no son marginales, son decididamente parte de nosotros”. Yo no lo escribí con esa intensión... me parece casi dramático que la gente sienta eso.

- Quizás esa sensación está acentuada por el momento particular en el que se estrena...
- Sí, pero yo la escribí mucho antes. Esto ocurría antes, este sentimiento estuvo siempre. Pero....sí, si uno lo piensa siempre pasó, pero ahora es peor, es mucho peor.
Por mi parte desde lo formal forcé la identificación, lo hice a propósito...quise restarle toda la artificialidad que la historia tiene. De hecho es una historia sumamente artificial. Quise contradecir esa artificialidad...y que la calle fuera la calle, y la gente fuera la gente, para que hubiera un reconocimiento permanente de la atmósfera en la película. La naturalidad de los encuadres, de la luz y los movimientos de cámara fueron pensados en función de eso, y me alegra ver que funcionó.
Pero Nueve Reinas jamás se planteó mostrar al ser nacional. Me parece que las películas deben plantearse como objetivo contar una historia lo más concreta, fuerte e interesante posible. Lo demás, es el añadido que tienen las cosas bien hechas: el poder de que cada uno pueda sacar toda clase de significaciones y reflexiones de una escena. Si la gente lee en una historia de engaños una reflexión de lo que somos, ese sí es un dato interesante.

- En cuanto al tiempo, toda la acción transcurre en un día...
-Sí, me encanta la idea de la compresión temporal, me encanta la idea de ponerle límites severísimos a la narración, porque me parece que eso obliga a agudizar el ingenio: cuanto más corsets tenés, más te obliga a no dispersarte. Me gustan esas películas con una propuesta de hierro: tiempo real, o solo dos actores. O una sola toma, como Hitchcock. A él le encantaban esos desafíos, por ejemplo, hizo una película en un bote. Son como corsets espantosos pero que te obligan a buscar soluciones, soluciones, y más soluciones para contar con pocas herramientas. En Nueve Reinas sabía que tenía que describir a los personajes por lo que hicieran ese día y nada más. No podía mostrar ni su familia, ni su casa ni nada.


- Con respecto al final, ¿siempre te lo planteaste así ?
- No, no desde el principio. Más bien lo descubrí, casi de la misma manera que un espectador viendo la película. Lo descubrí cuando algo me empezó a hacer ruido, algo que tenía mucho que ver con la artificialidad de la historia, y de pronto me di cuenta por qué era artificial: porque era un artificio. La historia me dio el final. Creo que el final de esta película es la película. Cuando llegamos al final entendemos lo que hemos visto. Esa era la historia, de eso se trataba, solo que durante el 90% de la película no lo sabíamos.

- El final es una estafa al espectador.... hay gente a la que le encantó, y hay gente a la que no le gustó nada.
-Me parece una estafa divertida y honesta. Sí, el espectador cae en una especie de engaño permanente. A mí me encanta cuando me hacen eso, y sé que hay gente a la que le gusta y a la que no le gusta. Sé que a mucha gente le gustó el final, e inclusive sé que hay mucha gente a la que no le gustó pero disfrutó muchísimo mientras veía la película. Y todo lo que surge de la película, consciente e inconsciente, como sensaciones o relaciones que viste y en realidad eran diferentes, terminada la película son solo eso, una película. Si despertás de una emoción y después yo te digo “esta emoción se te despertó a partir de algo diferente de lo que creías”, qué importancia tiene esa revelación? Si la emoción fue despertada, para mí ya fue suficiente. La película al terminar se desvanece en el aire, y lo único que queda son las emociones que te despertó mientras la veías. Hay mucha gente que la vuelve a ver, porque esa segunda mirada les da la opción de verla desde otro lugar.
Ese final para mí es forzar, un minuto antes de que la película termine, el hecho cinematográfico básico: la película, aunque no hubiera terminado así, también es una clase de estafa, de ilusión. El cine como fenómeno de comunicación es ilusorio. En este caso en vez de haber una ilusión, que es la película, hay una ilusión dentro de otra ilusión. Para armar la trama de esta película utilicé estructuras propias de la estafa. El hecho de que yo pueda usar esos elementos como forma cinematográfica, obliga a una reflexión acerca de qué es el cine, y cuán cerca está el cine de la estafa, de hacerle creer a alguien cosas que no son.

- ¿Con qué directores argentinos te sentís emparentado?
- Con mucha gente de mi generación, o de generaciones posteriores, que conozco gracias a estos años de trabajo en la publicidad. Con ellos, con quienes comparto la experiencia generacional de aparecer ahora con una ópera prima, tengo una relación de compañeros. Eso no quiere decir que compartamos la forma de contar o los gustos.

- ¿Y desde el punto de vista cinematográfico?
- Este año no pude ver mucho cine porque estuve sumergido en terminar la película, pero la que vi y me encantó fue Felicidades, de Lucho Bender. Me parece que tiene un rigor y una coherencia, una sensibilidad y delicadeza que se encuentra en pocas películas. Es rigurosa, al mismo nivel que Amores Perros, y eso me encanta. Cuando digo rigurosa me refiero a no chantear, jugarse por conectarse con el público, jugarse porque tu película tenga un sustento formal serio, porque tenga el criterio y la responsabilidad de que si uno pone una película en los cines tiene que cubrir una pauta mínima de conocimientos técnicos en términos muy amplios: saber cortar, saber poner una cámara, saber dirigir actores....

- Sentir una responsabilidad con el público.
-Claro. Y no siempre he visto eso. Y es un tema que todos tenemos que pensar: por algo la gente dice “yo no voy a ver cine argentino”. No es un simple prejuicio, una razón tiene que haber. Y vale la pena discutirla y analizarla, pero creo que entre muchas razones hay una muy fuerte, y es que hay una gran cantidad de películas que están por debajo del umbral de la dignidad. No es un tema de “me gusta más o menos”, es que se le han ofrecido al público películas por debajo del nivel de la dignidad, del rigor, y del mínimo respeto al espectador. Y eso no es poca cosa. Es cierto que tenemos la “desventaja” de que todas las películas argentinas se estrenan acá, en cambio llegan un porcentaje de las extranjeras. Nuestros críticos y público ven todas las películas argentinas, y por eso hay un poco de todo. Pero lo cierto es que siempre hubo una impronta de bajas expectativas, de “bueno, hagámosla más o menos...”.

- Puede haber contribuido a ello la forma en que se otorgaron los créditos cinematográficos durante mucho tiempo, donde el parámetro para su otorgamiento no era la calidad, sino el amiguismo. Y otros intereses.
- Sí, puede ser. Y la administración que Maharbiz hizo del INCAA en ese sentido fue desastrosa, lo menos transparente del mundo. Fue el reino del negocio, del amiguismo y un desastre absoluto. Cosa que no pasa ahora, pese a las dificultades serias que hay. Pero sí, eso ha pasado. Amén de que hemos tenido directores cuyo máximo talento era conseguir créditos y productores y hacer negocios, pero no dirigir. Y que arrastraban sobre sus espaldas seis o siete fracasos monstruosos, de crítica y de público ... inclusive muchas sospechas de manejo poco felices de los fondos, y siguen consiguiendo. Y siempre tienen un nuevo negocio.

- Fabián, sos parte de una generación de directores que acaban de estrenar su opera prima y que viene de la publicidad (Bender, Nardini & Bernard, Marqués). Pensás que estos aires nuevos podrán contra los prejuicios justificados con los que carga el cine argentino?
-Bueno, yo espero que sí. Hay ciertos prejuicios del público que tienen su fundamento, pero también hay una serie de subprejuicios que tiene la crítica, como el que dice que la gente que viene de la publicidad está “contaminada”. En este momento se está demostrando que sucede todo lo contrario. Me molesta mucho ese prejuicio. Yo trabajé como técnico en muchas publicidades, y si no trabajaba de eso no sobrevivía. Estas nuevas películas cuyos directores vienen de la publicidad demuestran lo contrario: rigor, respeto por sí mismos y por el público, y que saben que hay que hacerlo bien, con precisión, trabajando lo técnico y terminando la película hasta en sus más mínimos detalles. Eso es lo que traen de la publicidad, y no hay ninguna “contaminación”, como dicen algunos. Es algo totalmente positivo, y está demostrado. Felicidades es el mejor ejemplo. También 76 89 03, de Nardini y Bernard. Esta gente, a diferencia de la vieja escuela del cine argentino, que por ahí no pasaba por la publicidad, lo demuestra.

- Es que la gente que trabaja en publicidad tiene más posibilidades de experimentar, de equivocarse y de probar.
- Sí, es verdad, tiene más posibilidades de experimentar, y también tiene una visión muy autocrítica de lo que hace, porque trabajan en función de que el material sea aprobado y luego expuesto públicamente, con niveles de exigencia muy alto.

- Quizás el publicista utiliza su conocimiento de lo que el público espera.
- No, en ese sentido creo que las propuestas terminan siendo muy personales, no vinculadas a lo que “pide el público”, y funcionan muy bien. En mi caso no escribí Nueve Reinas en función de una especulación comercial. La hice así porque eso es lo que me gusta hacer, esa clase de historia y de ritmo. No hice ningún estudio de mercado, es más, nadie sabía cómo podía funcionar... uno podía verla y distinguir qué elementos le podían gustar a la gente, pero nadie pensó que iba a gustar tanto. Así que no creo que el publicista haga en cine lo que quiere el público. Una pieza publicitaria es un producto destinado a promocionar otro producto, con lo cual tiene características muy especiales.

- ¿Puede considerarse a una pieza publicitaria como una obra de arte del director?
- No! Honestamente creo que no, y además creo que la mayoría de las películas tampoco. Son muy pocas las películas que pueden considerarse “arte”, y muy pocos los directores que pueden llamarse “artistas”. Yo personalmente no me considero artista, y me parece muy pedante y pretencioso cuando un argentino hace una película y cree que ya sacó chapa de artista. Creo que hay que trabajar y hacer mucho, y que hay que tener algo que no se compra: que es lograr que alguien diga de tu trabajo “esto es una obra de arte”. Me siento un trabajador del cine, y puedo considerar que mi oficio es ser “director de cine”.

- A partir de que presentaste tu guión en el concurso de Patagonik y ganaste, ¿tuviste libertad de decisión, por ejemplo, con respecto al casting?
- Sí, absolutamente. Tuve la misma relación que tiene un director con su empresa productora, en el caso de que las relaciones con la productora sean particularmente buenas, cosa que no sucede siempre. En este caso fue muy armónica, ellos me proponían y yo escuchaba, o yo proponía y ellos escuchaban y llegábamos a un acuerdo...en ningún caso se tomó una decisión con respecto a Nueve Reinas que no contara con mi absoluta aprobación. Yo hice la película exactamente como si la hubiera hecho por mi cuenta, solo que con ventajas enormes. Tuve la posibilidad de tener un presupuesto razonable para hacer la película, me cubría muy bien las espaldas la producción, y el corte final fue mío aunque en los papeles no era así. En los papeles la productora tenía la opción de hacerse cargo de lo que quisiera, pero me dejaron decidir. Pero antes de esta posibilidad estuve un año y medio tratando de producir esta película. Con el mismo guión, la misma propuesta. O sea, no es fácil caminar las productoras con un proyecto. Y la situación del INCAA y los problemas de presupuesto que le genera el Ministerio de Economía sacándole su plata genuina, unido al hecho de que la producción cinematográfica es una inversión de alto riesgo, dificultan las cosas.

- ¿Qué pensarán ahora los productores que rechazaron tu proyecto?
- Y... están arrepentidos. Pero alguien podría decir “es difícil producir un proyecto que tiene pocas características atractivas para el gran público”. Mi guión tenía muchos de los elementos que sí son atractivos para el público, y sin embargo se me hizo dificilísimo, tuve que ganar un concurso para financiarlo. De una u otra manera lo hubiera producido, posiblemente como mis amigos y colegas, que sacan créditos personales, hipotecan la casa y se endeudan. Tarde o temprano lo hubiera hecho. MCI

Publicado originalmente en MCI - Megasitio de Cine Independiente (www.cineindependiente.com.ar)

Sobre el cine peruano modelo 2000

Autor: María Isabel Guerra C. ig_news@yahoo.com
Desde Lima, Perú para MCI

1. Cine peruano en el 2000: breve panorama
Alguna vez el propio Pedro Almodóvar dijo, en una entrevista a propósito de las dificultades que afrontó durante su aprendizaje y primeros años, que "ser español y querer ser cineasta es como nacer en China y querer ser torero: simplemente no se ha nacido en el sitio adecuado". Tal parece que, a pesar de los tibios avances logrados, los cineastas peruanos también podrían suscribir esta afirmación, y así, mientras padecemos de una brutal recesión económica, y de una Ley de Cine que otorga financiación a ciertos proyectos pero que no propicia la formación de una real industria cinematográfica competitiva, los cineastas peruanos siguen trabajando hombro a hombro por mantener su actividad. A continuación les presentamos un brevísimo panorama del cine peruano en el momento actual.
Para empezar, les daremos un dato curioso: mientras en Lima el número de salas sobrepasa las 125 merced a la expansión de multicines modernos -equipados con lo último en tecnología- registrada en los últimos cuatro años, en el resto del país sólo se cuenta con 17, en las que ni los ambientes ni los equipos se encuentran en buen estado de conservación, por no decir que ya resultan obsoletos.
Cabe destacar que la mayoría de las salas de Lima se localizan en los distritos con mayor movimiento comercial o en zonas "clase A", que concentran al público de mayor poder adquisitivo: esto es así porque el precio de los boletos resulta relativamente alto y se busca captar al público que sí puede pagarlo. A pesar de que esta peculiaridad ha condenado a la extinción a las llamadas "salas de barrio", el incremento de multicines y del número de salas tiene como contraparte positiva el hecho de que, al haber más salas de exhibición, hay una mayor variedad en la oferta de películas y es más probable que las obras peruanas sean estrenadas, a diferencia de lo que ocurría hasta no hace muchos años.
Y aunque efectivamente, aunque la escena local sigue dominada por las distribuidoras de filmes norteamericanos, las distribuidoras independientes poco a poco se abren paso, destacando en este panorama un par de salas de arte que siempre les dan espacio y festivales como el ya reconocido Encuentro Latinoamericano de Cine, organizado anualmente por el Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica, que ya lleva tres ediciones.


Pantaleón y las visitadoras, de Francisco Lombardi

2. En rodaje
Actualmente se está rodando Amores imposibles de Armando Robles Godoy, uno de los más importantes y combativos cineastas peruanos. Robles estima terminar pronto con el rodaje de su película, realizar la post-producción aquí en el Perú y estrenarla hacia Julio: mientras tanto, Edgardo Guerra ultima los preparativos para iniciar el rodaje de Muerto de Amor (su primer largometraje), que espera estrenar recién hacia octubre, pues planea realizar su post-producción en Cuba, con el apoyo del Instituto Cubano de Cinematografía (ICAIC) que también le concederá en préstamo una cámara Arriflex BL3.
Estas producciones son posibles porque sus guiones resultaron ganadores (segundo y primer lugar respectivamente) del III Concurso de Proyectos de Largometrajes convocado por nuestro Consejo Nacional de Cinematografía (Conacine) a fines de 1998, que dota un premio destinado a la financiación de los gastos que demande la realización integral de los proyectos ganadores.
En esta ocasión, los premios equivalieron aproximadamente a u$s 200,000 para el primer puesto, u$s150,000 para el segundo y u$s125,000 para el tercer lugar, que recayó en El destino no tiene favoritos de Alvaro Velarde.
Entretanto, El bien esquivo (primer lugar del concurso de Conacine en 1997), de Augusto Tamayo, se encuentra todavía en proceso de montaje, y se espera estrenarla hacia Julio de este año.

3. Entre paréntesis
No en vano no es frecuente ver una película peruana. Para hacerse una idea de lo difícil que resulta para nuestros cineastas llevar a la práctica aún los proyectos premiados por el Conacine, revisemos el Artículo Nº18 de la Ley de Cine, que dice que el monto del premio "es supervisado por el Conacine y entregado en forma escalonada, de acuerdo al avance de la producción de la obra cinematográfica, de la siguiente manera: el 30% del dinero es entregado luego de la firma del contrato de producción que se realiza entre el Conacine y la empresa productora del proyecto cinematográfico; el siguiente 30% es entregado al término del rodaje y el 40% final contra el visionado de la primera copia de la obra cinematográfica". (El subrayado es nuestro).
Entretanto, tras sus recientes éxitos de taquilla No se lo digas a nadie y Pantaleón y las visitadoras, Francisco Lombardi -nuestro director más celebrado y prolífico- considera adaptar al cine otra novela, probablemente Mala onda del chileno Alberto Fuguet. Cabe destacar la continuidad del trabajo de este cineasta y su seriedad, avalada por varios premios en festivales internacionales. (M.I.G.)

LARGOMETRAJES PERUANOS REALIZADOS ENTRE 1990 Y 1999

1990
Lima 451- Rafael Zalvidea
Chabuca Granda... confidencias - Martha Luna
Ni con Dios ni con el Diablo - Nilo Pereira del Mar
La manzanita del Diablo - Federico García
Caídos del cielo - Francisco Lombardi

1991
Alias La Gringa - Alberto Durant
Antuca - María Barrea
La Lengua de los Zorros -Federico García

1992
¿Y, dónde está el muerto? - Joaquín Vargas, Rafael Caparrós
Nunca más, lo juro - Roberto Bonilla

1993
Reportaje a la muerte - Danny Gavidia
Todos somos estrellas - Felipe Degregori
La vida es una sola - Marianne Eyde

1994
Sin compasión - Francisco Lombardi

1995
Anda, corre, vuela - Augusto Tamayo San Román

1996
Asia, el culo del mundo - Juan Carlos Torrico

1997
Bajo la piel - Francisco Lombardi

1998
No se lo digas a nadie - Francisco Lombardi
Coraje - Alberto Durant

1999
La carnada - Marianne Eyde
Pantaleón y las visitadoras -Francisco Lombardi
A la media noche y media - Marité Ugaz / Mariana Rondón

LARGOMETRAJES REALIZADOS EN PERU ENTRE 1990 Y 1999 CON FINANCIAMIENTO Y PRODUCCION DE ESTADOS UNIDOS

1990
Full fathom five - Carl Franklin
To die standing - Louis Morneau
Heroes stand alone - Mark Griffiths

1991
Fire on the amazon - Luis Llosa

1993
800 leagues down the amazon - Luis Llosa

1994
Max is missing - Mark Griffiths
New crime city - Jonathan Winfrey
Ultrawarrior - Augusto Tamayo / Kevin Dent
Watchers III - Jeremy Stanford

Publicado originalmente en MCI - Megasitio de Cine Independiente (www.cineindependiente.com.ar)

Sobre el corto en España

Autor: Sergio Sánchez (desde España para MCI)

Nuevos tiempos para el cortometraje en España

El siguiente artículo pretende ser una ligera pincelada tanto para dar a conocer el estado general del corto en España, como para dar apuntes y caminos para quien quiera entrar en contacto con alguno de los festivales e instituciones que más apoyan al corto, si es que está en condiciones de probar suerte en tan complicado mundo. Que disfrute de la lectura quien sólo vaya a quedar "informado" y que aproveche al o la "audaz" que se vaya a poner trás la cámara.

1. El cortometraje : breve reflexión crítica

Mencionar las palabras "Cine", "película","obra" o cualquier palabra con la que nos queramos referir al trabajo de un realizador o autor, suele implicar para el espectador más comun la noción de "largometraje", de la película que excede la hora indiscutiblemente y promedia los noventa minutos, (aunque Hollywood haya reventado últimamente tan clásica medida).
Echando la mirada atrás, en la larga y ancha historia del cine, sucede lo contrario en el mudo, lo identificamos muchas veces con "cortometraje", historia corta, debido principalmente a la repercusión popular de los cortos de Chaplin, con todos los respetos para Griffith, que con "El nacimiento de una nación" ya comenzaba a implantar los fundamentos del "largo" megaespectáculo en que iba a convertirse el cine.
El planteamiento es el siguiente. Aunque los condicionamientos comerciales hayan marcado un determinado modelo de película, de una duración concreta y de un tiempo cinematográfico, todo es cine. Es cine la película de toda la vida, con sus 90 minutos, con sus clímax y sus desfallecimientos, con sus puntos fuertes y sus lagunas;es cine el cortometraje, qué mejor ejercicio de síntesis narrativa, qué mejor antídoto contra el deleznable vicio de alargar tontamente una historia. En España se empieza a entender y a disfrutar esta realidad . Cada vez se producen más cantidad de cortos con mayor posibilidad de difusión. Canal+ auspicia el proyecto "Del largo al corto", donde realizadores consagrados como Felipe Vega, Iciar Bollain, Jose Luis Borau o Arturo Ripstein, demuestran que el corto no sólo es cosa de debutantes. Las televisiones dedican programas semanales, los medios de comunicación secciones;subvenciones, festivales...todos configuran un panorama interesante para la realización de cortometrajes.
Claro que España es un país dado a las modas y a los caprichos pasajeros, ni la normal exhibición es una realidad, ni la sorprendente nominación al Oscar de Juan Carlos Fersnadillo por el corto "Esposados" tuvo la repercusión mediática que se merecía. No se puede pedir todo y abrir brechas en esta vida es importante.

Allanamiento de morada, de Mateo Gil

2. La producción

Las productoras no se involucran fácilmente en cortos, ni subvencionados. Es muy fácil perder dinero. Sólo si barren en festivales se pueden cubrir gastos con cierta comodidad. Aún así la producción sube.
Hasta 1984 la subvención no era selectiva: corto producido, corto subvencionado. Finalizado este regimen las consecuancias fueron previsibles, descenso de la producción pero mejora cualitativa, se exigia un esfuerzo y no valía cualquier cosa. El problema fue que se acompañara también de la suspensión de la obligatoriedad de las salas de exhibir cortos. Ahora cuando la producción vuelve a subir, el auge de las escuelas de cine tiene un papel muy importante ya que realizan sus prácticas mediante cortos

1977.......... 104
1978.......... 141
1979.......... 178
1980.......... 258
1981.......... 291
1982.......... 427
1983.......... 286
1984.......... 81
1985.......... 162
1986.......... 90
1987.......... 86
1988.......... 61
1989.......... 85
1990.......... 98
1991.......... 83
1992.......... 110
1993.......... 65
1994.......... 76
1995.......... 94
1996.......... 87
1997.......... 115
1998.......... 112

Hoy en día las productoras suelen encargarse de los trámites de las subvenciones, de formalizar los contratos y de la inscripción en los decisivos festivales.

3. Las subvenciones

El Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales es el organismo que concede las subvenciones a nivel estatal. Después cada comunidad autónoma concede las suyas propias siempre después de la obligatoria concurrencia a las del ICAA. Hay que estar inscrito como productor en el Registro de Empresas Cinematográficas y Audiovisuales y cumplimentar documentación en la que se acredite la propiedad del guión, guión, presupuesto, plan de trabajo, nacionalidad, ficha, financiación y plan de explotación.
Puede optarse también por una subvención privada como la que cada año, Canal + concede. 15 ayudas a la producción de cortometrajes españoles. Cada una tiene una cuantía de 1.500.000 pesetas (unos 8.500 dólares) que se entregan a la productora en concepto de compra anticipada de los derechos de emisión televisivos.Uno de estos proyectos se concede durante la celebración de la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián en la que se convoca un concurso de guiones de este género.El Proyecto Corto Canal + se suma al premio de la Semana, así que finalmente se puede conseguir una ayuda a la producción de 3.000.000 pesetas (unos 17.000 dólares). Para más información Lanoche+corta@cplus.es

4. La exhibición

Derogada la obligatoriedad, el interés por la exhibición en salas ha disminuido muchísimo. Los cines de arte y ensayo proyectan algunas sesiones recopilatorias de cortos, y algunos se proyectan antes de las películas, aunque los indicadores señalan que por hábito sale mucho más rentable la exhibición del corto antes de una película convencional, si la sala es capaz de apostar por esta modalidad.
Aunque es la televisión la que ha ejercido un papel más importante. La actriz Cayetana Guillen Cuervo (El abuelo), presenta en la cadena nacional "Versión española", un programa que pasó de una doble sesión de largometrajes españoles, al nuevo formato de exhibir un largo y un corto. En la misma cadena se emiten "Pasiones cortas" de forma muy intermitente y "Metropolis", también dedicados a la exhibición de cortos.
En Canal Plus se emite semanalmente "La noche más corta", dedicado a la emisión de cortos y las noticias de actualidad de los mismos, tanto a nivel nacional como extranjero.Casi a modo de cortinillas de programación se puede ver también "Piezas", que aprovecha los huecos del día para emitir todo tipo de cortos.

5. Los festivales

Son el principal escaparate que existe para la exhibición de cortos. No han faltado las críticas por la utilización de dinero público y la selección estricta y muy poco variada de cortos que realizan, aunque hoy por hoy sus compensaciones económicas son vitales para la amortización de los cortos. Algunos de la muy variada oferta son:

BILBAO
Decano de Festivales de cortos en España y reconocido por la Academia de Hollywood, si se gana un premio se puede optar a la preselección para el Oscar
Festival Internacional de Cine de Bilbao, Documental y CortometrajeColón de Larreátegui 37, 4º dcha 48009 BILBAOTF:944248698

GIJÓN
Creado en 1962.Cine arriesgado, inconformista y rebelde. Junto a Bilbao los dos reconocidos por Hollywood.
Festival Internacional de Cine de GijónPº de Begoña,24-entr 33201 Gijón. AsturiasçTF-985 343739

MADRID
Creado en 1970. Una de las citas principales del corto en España.
Festival de Cine de Alcalá de HenaresEmpecinado 30.28801. Alcalá de Henares MADRIDTF:918813934

MEDINA DEL CAMPO
Una pequeña ciudad castellana donde se vive un festival muy familiar
Semana de cine "Villa de Medina". Plaza Mayor 1.47400 Medina del Campo VALLADOLIDTF:983811020

6. Cinco cortos

De la última cosecha, cinco títutlos destacados, con un nivel tan digno y hasta a veces más como cualquier largo que se precie.

- "ALLANAMIENTO DE MORADA" de Mateo Gil: Diabólico y magistral corto, en el que vemos como dos vendedores a domicilio le endosan una enciclopedia a una inocente ama de casa. Protagonizado por Eduardo Noriega y Pepón Nieto, se van exponiendo las sutiles tácticas con las que los vendedores engatusan a la protagonista.

- "LOS DIAZ FELICES" de Chiqui Carabante: Detrás de un alegre y kitsch musical colorista se esconde un secreto imprevisible. Una reflexión sobre las apariencias y una encubierta crítica a los ordenes aparen

-"POR UN INFANTE DIFUNTO" de Tinieblas González: Cruel retrato en blanco y negro, aparentemente autobiográfico a juzgar por la dedicatoria final. Exhibido en Cannes su autor ha realizado su segundo corto con "The raven", adaptación a todo color del poema de Poe.

- "AQUEL RITMILLO" de Javier Fesser: El carismático actor Luis Ciges es un detective privado a las antigua usanza que se envuelto en las más insospechadas situaciones de comic. Todo contado desde un singular flash back crepuscular. Junto al de Mateo Gil otra muestra del altísimo nivel al que puede llegar un corto.

- "HIMENÓPTERO" de Alejandro Amenábar: Corto rodado con escasísimos medios, que ya daba buena cuenta del primerizo talento del hoy famoso director Alejandro Amenábar. Para descubrir las posibilidades de una cámara de video si se tiene empeño y ganas.

LIBRO RECOMENDADO: FERNÁNDEZ Lola, VÁZQUEZ Montaña: "Objetivo corto" , Nuer Ediciones - Madrid, 1999.

Publicado originalmente en MCI - Megasitio de Cine Independiente (www.cineindependiente.com.ar)