jueves, 4 de junio de 2009

Sobre hacer cine en el interior


El cine también late en las provincias
Autor: Paulo Pécora.
Informe publicado en 2002

"Dios es argentino, pero atiende en Buenos Aires". Sin embargo, el cine nacional también late en las provincias. Aunque muchos no se enteren, el interior -como el sur- también existe. Pese a las dificultades provocadas por la profunda crisis social y económica, a las que se suman los obstáculos que supone un país fundado sobre un esquema de producción centralista, cada vez son más las películas pensadas y realizadas por directores de las provincias.

"Dios es argentino, pero atiende en Buenos Aires": más allá de la ironía, esa parece ser la frase que sintetiza mejor la forma en la que piensan muchos realizadores del interior. Y tienen razón: todas las empresas de insumos y servicios básicos para filmar una película -luces, equipos, cámaras, material virgen, revelado, transfer, post producción, ampliado y un largo etcétera- funcionan en la Capital Federal, e incluso el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) y las distribuidoras de cine son porteñas.

"Si hacer cine en este país es difícil, hacerlo en el interior lo es todavía más, porque la industria nació, se cimentó y se desarrolló en la Capital Federal", afirmó el cordobés Francisco D' Intino. "Todas las empresas de servicios están en Buenos Aires y eso es un obstáculo, porque de alguna manera hay que depender siempre de la capital", agregó el autor de "Bajo otro sol" y "Los días de la vida".

Sin embargo, el cine nacional también late en las provincias. Más allá de sus limitaciones, la mayoría de los directores del interior posee una genuina preocupación por filmar y por contar historias que respeten la identidad y la cultura propias de cada región. Y además -y sobre todo- demuestran con sus obras que, más allá de los resultados, el cine argentino no es únicamente porteño, sino también salteño, cordobés, formoseño, santafecino, tucumano …

En ese afán por lograr una conciencia audiovisual amplia y federalista se mezcla, por ejemplo, el empuje de cineastas jóvenes como el salteño Rodrigo Moscoso, el tucumano Luis Sampieri o el rosarino Gustavo Postiglione, con la experiencia y la paciencia de otros más veteranos como el tucumano Gerardo Vallejo ("Reflexiones de un salvaje", "Con el alma"), el jujeño Miguel Pereyra ("La última siembra" y "La deuda interna") y el santafecino Fernando Birri ("Tire dié", "Los inundados").

Otros cineastas destacados del interior son los cordobeses Eduardo Saar, Adrián Jaime ("Tosco, grito de piedra"), Liliana Paulineli (cuyo corto "La botella" estuvo en el Festival de Cannes) y el formoseño Ezio Massa ("Cacería"). A ellos se suman el mendocino Leonardo Favio, genial director de "El romance del Aniceto y la Francisca", "El dependiente" y "Juan Moreira", el pampeano Oscar Aizpeolea ("Loraldia, el tiempo de las flores"), el puntano Mariano Torres Manzur ("Los porfiados"), el fueguino Roberto Etchegoyenberri ("Código postal"), los salteños Lucrecia Martel ("La ciénaga"), Rolando Pardo y Alejandro Arroz y el misionero Humberto Carrizo. Todos ellos, y muchos otros, nutren una larga lista que seguramente crecerá en los próximos años por el interés que hoy manifiestan por hacer cine muchos jóvenes en todo el país.

En ese sentido, cerca de 2.000 estudiantes concurren en Córdoba a dos escuelas de cine -una estatal y otra privada-, y seguramente generarán un recambio en la industria cinematográfica del país. Otros centros importantes de producción regional, tanto de largo como de cortometrajes, están en Rosario y Santa Fe, pero también existe una apreciable actividad en Salta, San Luis, Tucumán, la zona de Cuyo -donde funciona otra de las escuelas de cine más importantes del interior- y la Patagonia.

Justamente en esa región, y bajo el nombre "Realizadores Independientes de la Patagonia", Martín Ferrari ("Cinco siglos igual"), Guillermo Glass ("El color del viento"), Mario y Silvina Tondatto ("¡Reventó el Chocón!"), José Luis Gutiérrez y Carlos Vilches se unieron para filmar sus películas y reaccionar contra la visión pintoresquista de muchos realizadores porteños que del interior únicamente saben ver sus paisajes.

Aunque sin título ni organicidad como sus pares patagónicos, en Rosario existe otro grupo de pujantes cineastas encabezado por Gustavo Postiglione ("Camino a Santa Fe", "El asadito", "El cumple"), Héctor Molina ("Ilusión de movimiento"), Fernando Zago ("El investigador de ciudades") y el documentalista Mario Piazza, uno de los pioneros de la zona.

"Tenemos mucha producción gracias a la Escuela de Cine de Rosario. Somos gente que laburamos en equipo y hemos formado, como rasgo distintivo, una cantidad de técnicos, actores y directores que son propios de acá, lo que nos permite generar cine en todos los sentidos", señaló Postiglione, que se prepara para estrenar su nueva película, "El cumple". Para Postiglione, "lo que falta en Argentina es una política de desarrollo de la industria del cine más allá de Buenos Aires, porque no se genera la posibilidad de producción regional ni de reconocimiento de la identidad de cada provincia, a pesar de que hay gente talentosa en todo el país".

En Santa Fe, la provincia que vio nacer al pionero del cine argentino Alcides Greca, autor de "El último malón", y a los históricos Mario Soffici y Fernando Birri, también filman Rodrigo Grande ("Rosarigasinos"), Juan Carlos Arch (periodista y autor de "Ciudad sin luz"), Patricio Coll ("Cicatrices") y Raúl Beceyro.

Gerardo Vallejo, el autor del premiado "El camino a la muerte del viejo Reales", es uno de los pocos directores de origen tucumano, además del joven Luis Sampieri, autor del largometraje "Cabecita rubia". Para él, "la cuestión central es que no hay un desarrollo integral del país ni polos de desarrollo regional. Todo se ve y se piensa desde Buenos Aires y no desde el interior, lo que produciría otra mirada hacia la tierra y la cultura de cada provincia".

"De lo que estoy seguro es que hay un semillero enorme de realizadores en el interior que seguramente en algún momento va a brotar y va a dar frutos. Para eso lo más importante es que se defiendan la memoria y la identidad de cada región", agregó Vallejo, quien retomará en setiembre el rodaje de "El inocente", su nueva película.

Por su parte, el salteño Rodrigo Moscoso, autor del largometraje "Modelo 73" y del corto "Leo 16", ambos filmados en su provincia natal, opinó que una gran parte de la situación crítica que sufre el cine en el interior "responde a la tendencia histórica de centralización de Buenos Aires". Moscoso agregó: "Para que haya una cinematografía nacional bien entendida debería desarrollarse el cine de cada una de las provincias, con sus intereses y preocupaciones propias, porque el cine de Buenos Aires no representa a la realidad de todo el país". Un pensamiento que comparten muchos otros cineastas. MCI

Publicado originalmente en MCI - Megasitio de Cine Independiente (www.cineindependiente.com.ar)

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